Opinión

De incendios y derechos

El desarrollo de las ciudades y territorios debe hacerse teniendo como meta el bien común, la igualdad de derechos y la protección del medio ambiente.

Por: Diario Concepción 30 de Enero 2020
Fotografía: Florencia Alvez Marin

Florencia Alvez Marín
Abogada y Mg. en Ciencias y Gestión del Medio Ambiente
Colectiva DD.HH

Durante la última semana hemos visto como grandes incendios han afectado los cerros que rodean Concepción, Chiguayante y Santa Juana. Como nubes de humo o lluvia de cenizas nos llega el mensaje: el fuego avanza, amenazando viviendas, plantaciones o bosques, dependiendo de hacia dónde va el viento.

Historia conocida para Chile. Cada verano, si se conjugan las condiciones meteorológicas en la cada vez más familiar “regla del 30” (temperaturas sobre los 30°C, viento sobre los 30 km/h y humedad relativa del aire inferior al 30%), aumenta considerablemente el riesgo de incendios y su propagación. El cambio climático contribuye a agravar la situación y nos obliga como sociedad a planificar y adoptar medidas a largo plazo.

¿Qué podemos hacer para ser menos vulnerables a este tipo de catástrofes? Un elemento primordial es la adecuada planificación territorial. Es decir, organizar los espacios que habitamos conjugando elementos ambientales, sociales y económicos de un modo que sea sostenible en el tiempo, y en el que los riesgos, como los incendios, se minimicen. De este modo, no sería posible construir poblaciones en lugares donde, en caso de grandes lluvias, existiera riesgo de inundaciones. Tampoco sería posible que una Reserva Natural, de altísimo valor ecológico, como la Reserva Nonguén, esté circundada de plantaciones de pinos y eucaliptus, pues estas aumentan la virulencia de los incendios. Además, son pirófitas, es decir, al ser afectadas por el fuego no mueren, sino que rebrotan. En el caso de los pinos, el fuego provoca que la piña se abra y que las semillas colonicen el lugar, dominando en poco tiempo el espacio.

El manejo de las áreas naturales como la Reserva Nonguén, el desarrollo de las ciudades y territorios debe hacerse teniendo como meta el bien común, la igualdad de derechos y la protección del medio ambiente. En los años ‘60, filósofos europeos acuñaron el concepto del “derecho a la ciudad”, que propone rescatar a la persona como elemento principal, protagonista de la ciudad que ha construido, considerándola el escenario de encuentro de la vida colectiva. No se refiere al derecho a lo que está en la ciudad, sino el derecho a transformar la ciudad para quienes la habitan.

Es la invitación que se nos hace hoy, iniciando el 2020, a dialogar y construir en conjunto una ciudad y país que tenga como eje el respeto y reconocimiento de los derechos de todos los que la habitan.

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