Opinión

Academia y participación social

Las familias no solo resienten la inequidad en la distribución de los recursos económicos, sino también que sus opiniones e inquietudes no sean oídas.

Por: Diario Concepción 29 de Enero 2020
Fotografía: Francisco Flores Soto

Francisco Flores Soto
Vicerrector Sede Concepción
Universidad San Sebastián

Un aspecto clave para superar la actual crisis es aumentar la participación social, pues la desigualdad en el acceso al poder y en la capacidad de influir en las decisiones que impactan en la calidad de vida de la población ha provocado un profundo malestar.

Las familias no solo resienten la inequidad en la distribución de los recursos económicos, sino también que sus opiniones e inquietudes no sean oídas. Por tanto, un eje de acción debe ser impulsar la participación de las personas y organizaciones de la sociedad civil. Debemos fomentar una participación informada y fruto de la reflexión, no centrada en consignas vacías ni diagnósticos errados.

En ese objetivo resulta gratificante trabajar con dirigentes sociales que con altruismo han asumido la tarea de liderar grupos humanos. Tenemos que generar instancias de aprendizaje y, en ese desafío, la Academia puede hacer una significativa contribución. En el caso de nuestra Universidad, desarrollamos la tercera versión de la Escuela de Dirigentes Sociales, que implementamos en alianza con la Secretaría Regional Ministerial de Gobierno. Dirigentes asisten a clases en alfabetización digital, formulación de proyectos, oratoria y ética, liderazgo y trabajo en equipo, entre otras materias.

En el marco de este proyecto, hace algunas semanas dirigentes que ya habían participado en la Escuela se acercaron a la USS para realizar un conversatorio que llamaron “Lo soñamos y lo queremos: un Chile mejor”. Guiados por académicos, dialogaron sobre los temas que hoy preocupan a la ciudadanía: el proceso constituyente, salud y educación.

La jornada finalizó con la entrega de un manifiesto en que exponen un diagnóstico de la realidad, denuncian las injusticias que generaron el estallido social y condenan la violencia que ha provocado tanto daño moral y económico. Además, plantean inquietudes que van en la dirección correcta para lograr un país con mayores niveles de participación. Solicitan implementar acciones de educación cívica, establecer mecanismos de diálogo y trabajo entre las autoridades, los servicios públicos y los dirigentes de la sociedad civil, entre otros aspectos.

Asimismo, los dirigentes formulan una pregunta clave en este momento de nuestra historia: ¿a qué más me puedo comprometer yo? Esa actitud de compromiso con la democracia y la construcción de un mejor país debe contar con el respaldo de la comunidad académica. El mundo universitario debe contribuir con conocimiento, reflexión y diálogo, pues hoy, de manera urgente, el país requiere una ciudadanía organizada y colaborativa.

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