Opinión

Eliminar las notas en enseñanza básica

“Todos los años les exigen el primer lugar a sus pupilos entre sus pares. ¿Se imaginan un sistema así?”

Por: Diario Concepción 09 de Diciembre 2019
Fotografía: Josseline Sandoval UST

Josseline Sandoval
Docente de la Universidad Santo Tomás

Nuestros estudiantes se integran a su escolaridad con una gran presión por parte de sus padres, entorno familiar y social con la conciencia de “tener que llegar a ser mucho más de lo que ellos alcanzaron”. La competitividad para muchos niños parte desde el jardín con los primeros aprendizajes.

Desde sus hogares más el sistema, la competitividad va de forma progresiva a medida que la escolaridad avanza. Son los padres y apoderados quienes mayormente, perciben si sus pupilos están a la altura del resto de sus compañeros. De no ser así, comienza la derivación a especialistas. Infundiendo en ellos una baja autoestima, una desmotivación por asistir al colegio y una vergüenza que sus compañeros sepan que requiere “más apoyo” que el resto.

Bajo esta premisa, se puede decretar que los altos niveles de estrés que manejan profesores, padres e hijos requieren que esta continua competencia y calificación que encasilla a los estudiantes a nivel básico sea eliminada. El foco que necesita nuestra sociedad, es crear individuos con inteligencia emocional, donde la evaluación sea cualitativa, esto quiere decir: la valoración sea hacia la persona y no a lo que alcanza por medio de una cifra numérica.

La discusión es positiva, pues incomodaría a un sector que siempre ha trabajado en pos del encasillamiento y no del desarrollo en habilidades de competencia, ser y saber. Comenzaría la odisea por saber cómo motivar al alumno sin la amenaza constante de que lo que se está haciendo “es con nota”. Comenzaríamos a tener estudiantes menos tensionados; a padres que todos los años les exigen el primer lugar a sus pupilos entre sus pares ¿se imaginan un sistema así? Partiendo desde ahí, podríamos comenzar a hablar de educación más equitativa y justa para todos.

Repetidamente se menciona la autonomía, el crear seres pensantes e independientes, aquellos que son capaces de generar su propio aprendizaje y que el docente es solo un instrumento para empujar. Volvamos a hacer que los niños sonrían, que quieran estar en clases, que la presión no vaya en aumento sino desapareciendo. Sin duda, tendremos niños más felices y más preocupados de aprender que de aprobar.

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