Opinión

El cuidado de la democracia

En Chile se critica la falta de educación cívica y ciudadana, pero el currículo lo enfoca y los alumnos no le dan la importancia a ello.

Por: Diario Concepción 01 de Diciembre 2019
Fotografía: Diario Concepción

Sergio Sepúlveda
Integrante del Programa de Estudios
Europeos UdeC

Hace algunos días, un amigo europeo vino a Concepción y después de hacer un tour por lo que queda del centro me dio su opinión: “Esto está igual que Sarajevo”, a lo que respondí que son contextos diferentes. Me dijo: “Sí, pero a una la destruyeron los serbios y acá la destruyen los mismos penquistas”.

Yo escuchaba “Uds. no tienen conciencia ciudadana y no cuidan la democracia”. Expliqué que hay formación ciudadana y las principales fuerzas políticas llaman a cuidar la democracia pero que hay grupos que no quieren paz ni democracia. Este amigo me señaló que en su país la legislación entrega las herramientas para defenderse de las amenazas a la democracia y que la formación ciudadana es efectiva.

En Chile se critica la falta de educación cívica y ciudadana, pero el currículo lo enfoca y los alumnos no le dan la importancia a ello por considerarlo fome e irrelevante porque se enfatiza en algunos aspectos de la Constitución y las instituciones del Estado sin profundizar en los derechos y deberes, por lo que el provecho es mínimo.

En Europa la formación ciudadana es relevante porque busca dotar a los individuos de una “dimensión europea”. Esto significa que se debe fomentar el sentido de la Unión Europea, nutrirles de principios democráticos, de justicia social y respeto por los derechos humanos, apuntando a la formación de ciudadanos competentes cívicamente y comprometidos con las responsabilidades colectivas integrando la diversidad con el objetivo de aprender a vivir juntos. Esto sería importante de rescatar en que la intolerancia y los ataques a la dignidad es lo cotidiano en estos días.

Respecto a los mecanismos de defender la democracia frente a grupos e ideas que no comparten el ideario pero se aprovechan de ella, nuestra Carta tuvo hasta el año 1989 el artículo 8 que castigaba las conductas de grupos y personas que atentaran contra el sistema, pero en nombre del pluralismo ideológico se derogó; hoy el inciso final del art. 19 n°15 (libertad de asociación) vigila aquello, pero es letra muerta. En Alemania, para prevenir las experiencias previas a 1933 su Ley Fundamental sanciona claramente a estos grupos que se apartan del orden democrático (Art. 9, 18 y 21), por lo que categóricamente el nazismo y el comunismo están proscritos. Y en varios países de la UE los grupos de extrema derecha están prohibidos, como también el comunismo por el legado que dejó en el Este.

El desafío que tenemos es el fomento de la educación ciudadana, no sólo en el sistema escolar, sino que también para la comunidad en general, para evitar que la información se dé con mala fe o distorsionada y para ayudar a tener ciudadanos competentes y comprometidos para fortalecer nuestra democracia, en que la mayoría la construimos frente a unos pocos, que al igual que en el pasado, la quieren socavar desde adentro y que el debate constitucional considere cómo protegerse de estos grupos.

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