“Chile se juega su destino marcado por la oportunidad de hacer una nueva transición, esta vez al desarrollo y a uno de rostro humano, integral, inclusivo y sostenible”.
Augusto Parra Ahumada
Presidente Fundación República en Marcha
Chile una vez más en la encrucijada, un momento histórico en el que se juega su destino marcado por la oportunidad de hacer una nueva transición, esta vez al desarrollo y a uno de rostro humano, integral, inclusivo y sostenible, que trascienda al PIB y enfoque sus esfuerzos en la felicidad de nuestro pueblo, por una vía pacífica, institucional y democrática o dejarse llevar por la ira y tentar al populismo y la demagogia, implementando reformas que hipotequen el desarrollo en la desesperación de simplemente intentar responder, sin capacidad de liderar los cambios y conducirlos, a la calle sin más, lo que se interpreta puede calmar el voraz apetito por justicia.
Bobbio, señala el mínimo común civilizatorio, como la necesidad de la sociedad de parecerse en algo y ese algo es el mínimo, que garantiza el pacto y la paz social. Ese mínimo común se rompió y es que probablemente el mínimo común de un Chile de menos de 7 mil dólares de ingreso per cápita no es el mismo que el de un Chile de 27 mil, pues falla en el país que lidera crecimiento promedio de Latam en los últimos casi treinta años, falla en el país que lidera el IDH del Pnud en Latam equivalente al de los países desarrollados en categoría muy alto, falla en el país que lidera el índice de felicidad de Gotland, ocupando el lugar 25 a escala mundial y el primero en Latam, falla en el país con mayor movilidad social de la Ocde, falla en el país en que se venden más vehículos cero Km anualmente que partidas de nacimiento 243 mil Mac. VS 417 mil vehículos nuevos, donde se superan en un récord histórico los pasajeros en vuelos comerciales que pasan de los 22 millones al año.
En un humilde intento de diagnóstico, en un país que espero pase de la intuición a la precisión orientada por el levantamiento de información y cruce de datos que nos lleve a sistematizar las verdaderas demandas más urgentes.
¿Cuál es el Mínimo?
1) Ser libres e iguales en dignidad y derechos y que no existan grupos de privilegios, pasando desde lo testimonial a lo real;
2)Un revolución ética que permita orientar la acción del Estado y los privados proveedores bienes públicos hacia el bien común y combatiendo frontalmente los abusos;
3) Humanizar nuestra sociedad, hacerla más empática, fraterna y amorosa;
4) Avanzar en garantizar un catálogo de derechos sociales acotados, posibles y financiables, sin poner en riesgo la reglas de responsabilidad fiscal y comprendiendo que un Estado Social, es compatible con uno subsidiario asumiendo que no puede ser el Estado el único aprovisionador de bienes públicos;
5) Un nuevo trato democrático, que renueve las confianzas y devuelva legitimidad, credibilidad y prestancia a la acción representativa, que incluya mecanismos de participación y control, que faciliten amalgamar la nación como un proyecto colectivo;
6) Traduciendo en parte los puntos anteriores con el mayor de los sentidos de urgencia puestos en mejorar las pensiones, las remuneraciones, el acceso a la salud de calidad, acceso a educación de calidad, etc.;
7) Descentralización y Modernización del Estado;
8) Y ya dirá el plebiscito si una nueva constitución o algunas reformas, que la oriente a ser reconocida por todos;
9) Sin dejar de estimular la inversión como principio, el crecimiento como medio insustituible y la distribución eficaz y con sentido social, como fin e imperativo ético y moral.
En virtud de las líneas anteriores, libertad, igualdad y fraternidad cobran más vigencia que nunca en cuanto ideario republicano para construir un solo Chile, inclusivo y que no excluya a ningún compatriota y dar paso a un futuro común en un Chile fracturado, ya no como el mínimo sino como el máximo. Posible solo en la medida que el progreso tome el camino de la responsabilidad, la sensatez y el amor.