Opinión

De acuerdos y políticos

Habrá que esperar el resultado de un plebiscito para determinar si existe la voluntad para redactar una nueva constitución y cuál será la composición de la convención constituyente.

Por: Diario Concepción 20 de Noviembre 2019
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Andrés Cruz Carrasco
Abogado, doctor en Derecho

A codazos se peleaban por aparecer en la fotografía y exhibirse en cuanto matinal hay, para explicar cómo habían llegado a un acuerdo de carácter meramente político, y que veremos más adelante que tan vinculante es, para enfrentar la crisis social. Quieren ser recordados como insignes patriotas que de manera generosa renunciaron a parte de sus privilegios para evitar una confrontación mayor, alzando los brazos esperando los aplausos, felicitándose entre ellos.

Quieren que nos olvidemos que fue necesaria una rebelión para obligarlos a actuar, para no ser aplastados por la avalancha social. Quieren que nos olvidemos que fueron los alcaldes quienes se anticiparon proponiendo una alternativa participativa, supliendo su ineficacia. Quieren que nos olvidemos que fue el críptico discurso de un Presidente perplejo y desorientado el que los obligó a hacerse cargo de una protesta que también es contra ellos, para ofrecer una opción y pactar reglas de convivencia de carácter incluyente.

Políticamente no había otra salida. Habrá que esperar el resultado de un plebiscito para determinar si existe la voluntad para redactar una nueva constitución y cuál será la composición de la convención constituyente. Aún hay muchos vacíos que deberán ir despejándose, como establecer quienes serán los miembros de la asamblea, que de aplicarse el sistema electoral para la elección de diputados, privilegiará a quienes designen los partidos para ser candidatos, lo que unido al ridículo plazo de un año posterior en que no pueden ejercer un cargo público, permite llegar a la conclusión que este camino se gestó para beneficiar a estos partidos. La participación de otros dependerá, ¡de nuevo!, de la generosidad de sus líderes.

Hay que celebrar el optimismo de varios expertos, quienes han sostenido que el quórum de las 2/3 partes para llegar a un acuerdo constitucional no es una trampa, ya que se partirá de “una hoja en blanco”, de modo que de no accederse a estas mayorías, sería entregada la regulación respectiva a la deliberación legislativa ordinaria. Pero obvian el riesgo que la vinculación de los poderes del Estado con los individuos o los derechos esenciales de éstos últimos y de la comunidad, a modo ejemplar, queden entregados a los gobiernos de turno, es decir, ¡otra vez!, a la voluntad de estos mismos dadivosos políticos.

Este pomposo anuncio debe ser observado con cautela, ya que veremos cómo se traduce en leyes que la implementen, para que esto no sea, nuevamente, pura pirotecnia magnificente, luminosa pero vacía, a la que nos tienen habituados nuestros visionarios y desinteresados políticos.

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