A casi un mes de estallido social, el Chile que despierta cada mañana es un poco distinto al cual cerró la anterior jornada entre consigas de igualdad, equidad y justicia social. Ya suman miles las horas de marchas y millones las gargantas que reclaman, exigen respuestas y cambios a un modelo que prometió un paraíso y que termino convirtiéndose en el Edén de unos pocos.
Llama la atención que este movimiento o estallido social, no asomen con claridad los liderazgos que puedan en representación de la mayoría asumir el rol intermediador que nos permitan salir de una convulsión social necesaria, pero que no puede ni debe eternizarse en el tiempo. Para todos hoy es un hecho la necesidad de una nueva constitución, para todos es un hecho que Chile no será el mismo, pero nadie hoy tiene la certeza de que ese Chile que hoy se comienza a construir será realmente más próspero y justo.
Por lo pronto los marchantes seguirán enarbolando consignas que la clase política dice escuchar y conocer, pero a las cuales parece que el temor o la calculadora electoral dejan impávidos a unos y a otros sin mayores miramientos.
Chile necesita una nueva constitución esa es la primera verdad absoluta de casi un mes de movilizaciones, la otra es que nuestra “clase política” no ha sabido estar a la altura escudándose en justificaciones y engendros que siguen siendo más de lo mismo que desencanto a Chile. La pregunta entonces ¿Quién Lidera? Hoy Chile escribe una nueva historia, sin lugar a dudas el pueblo esta como protagonista, pero esta historia necesita protagonistas que no caigan en antiguos errores, protagonistas que desde la estructura política parecen no querer asumir el desafío que Chile hoy les impone. Chile necesita hoy más liderazgos constructivos y menos íconos de perros matapacos.
Cristian Pareja Díaz