Opinión

Cuenta regresiva: 45 días para la COP25

Faltando un mes y medio para el inicio de la COP25, muchas interrogantes se han ido resolviendo, pero algunas de estas aún persisten...

Por: Diario Concepción 19 de Octubre 2019
Fotografía: Laura Farías

Laura Farías
Profesora Titular, Departamento de Oceanografía de la Universidad de Concepción

Las voces que se han levantado afirman que se necesita más ambición para llegar a la carbono neutralidad en el año 2050; que hay que hacer una reforma profundas en el sistema energético y que el cierre de centrales termoeléctricas no basta; que los bosques, no precisamente las plantaciones, deben protegerse y manejarse de otra manera para que se constituyan en verdaderos mitigadores del Cambio Climático; que se necesita además un rediseño del paisaje para amortiguar riesgos como los incendios; así también reconocer que el océano finalmente tiene signos de enfermedad.

El océano debe jugar un papel fundamental en la mitigación y reducción del CO2 atmosférico, por ejemplo, a través de sus ecosistemas de carbono azul, que se encuentran entre los hábitats más amenazados del planeta. Existen numerosas medidas de mitigación basada en la naturaleza, en este caso el océano nos puede dar una mano, por lo que debemos tener planes de adaptación contingentes a la altura de los riesgos y desafíos que implica el Cambio Climático.

En abril pasado, el Ministro Andrés Couve, del recién conformado el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, constituyó un comité científico para abordar en la COP25 los temas como: Océano, Antártica, Agua, Biodiversidad, Ciudades, Adaptación y Mitigación/Energía. Hecho inédito en la interfaz Ciencia-Política en Chile. La misión de dicho comité ha sido levantar evidencia científica respecto al Cambio Climático y cómo éste representa riesgos, pero también oportunidades a los diversos sectores; además de analizar políticas públicas basadas en informes que reúne brechas, recomendaciones y conclusiones científicas levantadas desde la comunidad académica.

El comité científico COP25, se articula con ministerios y presidencia, pero también con la llamada comunidad científica, conformada por académicos de distintas mesas que generosa y arduamente han trabajado en diversas propuestas. Muchas de ellas ya consideradas dentro de la agenda del gobierno y requeridas como necesarias en aspectos como la adaptación, mitigación y gobernanza del Cambio Climático.

Los coordinadores de mesas y su coordinadora general han participado en numerosa reuniones, además de ser parte del staff que participó en compromisos internacionales del gobierno como Sbsta/SBI en Bonn, reuniones del Ipcc en Mónaco y Cumbre de Acción Climática de Naciones Unidas. Han organizado más de una treintena talleres abiertos a la sociedad, con el fin de levantar contenidos en temas de como Actualización de los compromisos del Acuerdo de París, esto es, las contribuciones nacionales determinadas (o NDC en inglés) para el periodo 2020-2025. También se ha trabajado en los planes de Adaptación sectoriales, estudios de emisiones y de-carbonización, fortalecimiento institucional y gobernanza, como la Ley Marco de Cambio Climático, Sistema Integrado de Observación del Océano y Estrategia de Desarrollo y Transferencia Tecnológica para el Cambio Climático. Además han otorgado centenares de charlas solicitadas por diversos grupos y comunidades académicas y ciudadanas; y proveyendo contenidos al pabellón Chile y zona azul y verde del mencionado evento.

Se destaca sin duda la respuesta participativa del mundo científico, una comunidad que fue creciendo en número y compromiso, de hecho actualmente lo conforman 621 participantes de un número original de 401 académicos, de diversas universidades desde Arica a Punta Arena. Igualmente se releva que también integran las mesas personas de la sociedad civil y ONGs, interesadas por la acción climática. Esto da cuenta de la flexibilidad y la voluntad de avanzar de modo de llegar a la COP25 con una comunidad proactiva, interiorizada y comprometida. Entonces, podemos decir, que si funciona el efecto multiplicador, que tendremos una sociedad más informada y comprometida, digna de ser anfitriona de la COP25.

Teniendo suficiente evidencia, aunque siempre perfectible, queda pendiente entonces que se anuncien medidas y acciones concretas, que se definan instrumentos de financiación, y un análisis exhaustivo de gobernanza, articulada con el mundo privado, público y la sociedad civil.

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