Gerardo Fasce
Presidente de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile
La esperanza de vida de los chilenos y chilenas tendrá un aumento significativo en los próximos años. Según las proyecciones del INE, en 2050 el grupo de personas de 65 años y más, representará el 25% de la población.
Ante este escenario, es fundamental fomentar políticas públicas de salud que permitan adelantarse a la realidad del Chile que se avecina. Buenos ejemplos han sido iniciativas como el Plan Auge-GES y la reciente incorporación de nuevas patologías, como el Alzheimer y otras demencias, que beneficiarán a 20.000 personas.
También es meritoria la labor impulsada por la Primera Dama, Cecilia Morel, con su programa Adulto Mejor, que busca mejorar el acceso a servicios fundamentales, fomentar la inclusión social y fortalecer los beneficios para el adulto mayor.
Sin embargo, vemos que hoy en el país un 41% de las personas mayores ve deteriorada su calidad de vida producto del dolor crónico, según los resultados de la última Encuesta Nacional de Salud.
Estos pacientes van perdiendo su independencia, sufren de aislamiento social y eso muchas veces determina la aparición de otras enfermedades como la depresión y desenlaces nefastos como el suicidio.
Esta realidad merece una mirada más integral para transmitirle a la población lo que significa el dolor, la relevancia de consultar a tiempo y romper con el paradigma de que esta condición es propia de la vejez.
Se ha avanzado bastante, pero aún quedan cosas pendientes. En el Día Mundial contra el Dolor, el llamado es a no dejar de lado a estas personas y a no estigmatizarlos. Sabemos que de dolor nadie muere, pero quienes lo viven a diario muchas veces así lo han querido.