Así como antaño se esbozaron algunas apuestas, en Biotecnología, por ejemplo, se requiere fijar prioridades estratégicas y no abandonarlas en el camino.
Marcelo Chávez Velásquez
Master en Derecho Regulatorio
Universidad Carlos III, Madrid
Es probable que usted haya escuchado (o muy pronto lo hará) de los términos criptomonedas, crowdfunding, smartcontract, blockchain, robo advisors. Estos conceptos constituyen algunas de las aplicaciones existentes en el mundo Fintech, que no es otra cosa que la contracción de las palabras anglosajonas “financial” y “technology”, por la cual se hace referencia a aquellas empresas de base tecnológica que ofrecen productos o servicios innovadores en el sector financiero.
Las fintech están revolucionando la relación de las personas con las entidades financieras. Hoy es posible con el teléfono móvil transferir dinero inmediatamente a otra persona con sólo ingresar su numero telefónico (Bizum) o tener en un sólo lugar la información agregada de todos nuestros productos financieros (Fintonic) o bien ser cliente de un banco, a través de internet, obteniendo una cuenta corriente en 8 minutos y en la que accede a los servicios bancarios con la huella dactilar o vía reconocimiento facial (N26).
Si bien esta industria aún no se encuentra madura, si está en pleno ascenso y adquiriendo una fuerza inusitada. Se estima que en el mundo existen cerca de 15 mil empresas fintech, que el año recién pasado levantaron 40 mil millones de dólares en capital de riesgo. En el Reino Unido, uno de los líderes mundiales, la industria proporciona empleo a 60 mil personas. Alipay (la fintech más grande del mundo), plataforma de pagos del gigante del comercio electrónico chino Alibaba, está valorada en 60 mil millones de dólares.
En Chile este proceso aún se encuentra en una fase temprana de desarrollo, entre otras cosas, por la falta de regulación que permita contar con reglas del juego claras y coherentes. La Comisión para el Mercado Financiero ha elaborado un “White Paper” que sienta las bases de una propuesta regulatoria. El gobierno, en palabras del ministro de hacienda, se ha comprometido al envío de una ley que regule las Fintech, cuyo horizonte es transformar a Chile en líder latinoamericano, dadas las condiciones de entorno favorables.
En el intertanto, me parece que está situación puede ser una buena oportunidad para la Región del Bío Bío. Cuando se empieza a configurar el devenir del Pacyt o en el marco de la actualización de la estrategia regional de desarrollo o incluso alineando recursos del fondo de innovación para la competitividad, sería muy interesante apostar por una industria de futuro, como la tecnológica financiera.
Así como antaño se esbozaron algunas apuestas, en Biotecnología por ejemplo, hoy se requiere fijar prioridades estratégicas y no abandonarlas en el camino. Las fintech pueden ser una de esas nuevas apuestas para el Bío Bío. ¿Por que no?.