Opinión

Desafíos en el mes del Medio Ambiente

Por: Diario Concepción 16 de Junio 2019
Fotografía: Cedida

Dr. Ricardo Barra
Decano Facultad de Ciencias Ambientales,
investigador centros EULA y CRHIAM, Universidad de Concepción

Cada 5 de junio celebramos el Día Mundial del Medio Ambiente, y este año el mensaje clave estuvo centrado en la lucha contra la contaminación del aire, que de acuerdo al último informe de Naciones Unidas -GEO 6- es uno de los problemas más apremiantes que enfrentamos como sociedad. No es novedad que cada vez más personas sean afectadas por una mala calidad del aire. Un escenario donde Chile ostenta el triste récord de contar con algunas de las urbes más contaminadas del continente.

Esto, a pesar de los esfuerzos que se han realizado en los últimos 30 años, estableciendo normas de calidad primaria para proteger la salud de las personas, y también normas de emisión que regulan fuentes fijas y móviles, que al parecer no han sido muy efectivas en el control de la contaminación. Con preocupación observamos la ocurrencia de preemergencias o emergencias ambientales, relacionadas algunas de ellas con la emisión de material particulado fino, que puede provocar enfermedades cardiovasculares y respiratorias.

La relación entre las fuentes de energía que habitualmente utilizamos (producción, calefacción, transporte) y la contaminación del aire, está muy bien establecida. Así también las tecnologías que utilizamos para procesar dichas fuentes de energía y minimizar las emisiones a la atmósfera. Sin duda, los planes de prevención y de descontaminación, que incluyen reemplazo de calefactores, certificación de leña, o el mejoramiento térmico de las viviendas, son herramientas que van a ayudar a mitigar los efectos nocivos de la contaminación del aire. Sin embargo, no son suficientes para resolver el problema, pues su complejidad supera lo que estos planes abordan.

Y es que la contaminación del aire tiene que ver con el cambio climático, la disminución de las áreas verdes en la ciudad, la creciente urbanización, la pobre conservación de la biodiversidad, y los efectos de todas estas situaciones en la salud humana. De la misma manera tiene relación con el modelo de producción y consumo que mantenemos como sociedad, por lo que urge elevar nuestros estándares de construcción, nuestros sistemas de transporte, e incluso nuestra economía doméstica, como las fuentes de energía para calefaccionarnos, otorgando acceso a energía más limpia a los sectores socioeconómicos más vulnerables.

Es responsabilidad del Estado establecer nuevas y mejores normas de protección para mitigar la contaminación y el cambio climático, pero también es nuestro deber ciudadano tomar conciencia y contribuir a que el verdadero desarrollo llegue a todos los lugares del país y del planeta. Nosotros, como Facultad de Ciencias Ambientales y Centro Eula UdeC, estaremos también contribuyendo hacia ese objetivo.

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