Opinión

Historia Vs el amor a la vida

Por: Diario Concepción 01 de Junio 2019
Fotografía: Ucsc

Dra. Erna Ulloa Castillo
Licenciatura en Historia UCSC

Una de las preguntas fundamentales que les planteo a mis alumnos es ¿qué es la Historia?, una pregunta compleja y que puede llevarnos a una serie de definiciones. Pero si hay algo que une a todas estas es una sola, Amor a la Vida.

Porque en la medida que entendemos nuestro pasado, entendemos en lo hoy estamos, a pesar de que se sigan cometiendo los mismos errores, pero aun así necesitamos conocer aquello fue, porque necesitamos poder entendernos.

A través del estudio de la historia podemos conectarnos con nosotros mismos, poder calmar esa sed intelectual, como también reconocer el aporte de todas aquellas mujeres y hombres que han marcado nuestro pasado, que han marcado esto que es la aventura de la vida.

La historia nos permite la curiosidad, comprender la libertad y lo que significa estar informados de nuestro mundo, de nuestra sociedad y su evolución a través del tiempo. Si se cree que Historia es la acumulación de fechas, nombres y lugares es no entender el por qué necesitamos tener un registro de nuestro pasado, es no entender por qué es relevante hacernos preguntas e ir tras la respuesta.

Estudiar historia no es estudiar cosas viejas, desahuciadas carentes de valor y envueltas en polvo sino captar lo vivo, poder darle un sentido y comprensión de lo que es amar la vida, es poder honrar a nuestros antepasados y lo que ellos hicieron para construir nuestra sociedad con todos sus bemoles.

Lo peor que podemos hacer, es darle la espalda a la inquietud a la búsqueda de conocimiento, a la posibilidad de desarrollar un espíritu que valore la investigación de nuestros hechos, de nuestros espacios comunes y poder desarrollar herramientas que potencien el pensamiento crítico.

Que existan optativos de historia, bienvenidos, pero no podemos sólo dejar en manos de estos la oportunidad de sumergirnos en lo qué es la experiencia humana y la comprensión tanto de nuestro pasado como presente. Es un deber y necesidad cuidar la facultad de captar lo vivo y que las nuevas generaciones tengan la oportunidad de entender el mundo en que estamos, no lesionemos eso.

No sometamos a una confrontación, a un versus entre la Historia y la vida, porque lo urgente no puede desplazar lo esencial, no releguemos la historia a un último rincón de la enseñanza, a una suerte de baúl de los recuerdos, en que sólo algunos puedan tener acceso.

Hay que cuidar el mensaje y la forma como se comunica porque podemos tal vez sin quererlo achatar los sueños de aquellos que creemos que la historia como es vida, está en movimiento y disminuirla a un mero apartado, no aporta, sino todo lo contrario. Y vuelvo a indicar, lo urgente no puede desplazar lo esencial.

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