Opinión

La FEC: actor y no espectador

Por: Diario Concepción 04 de Abril 2019
Fotografía: Diario Concepción.

Danny Monsálvez Araneda
@MonsalvezAraned

El presente 2019, no solamente la Universidad de Concepción está cumpliendo su centenario, al mismo tiempo, la Federación de Estudiantes celebra sus cien años de vida.

Durante estos años, la FEC ha tenido cinco grandes momentos. La primera de ellas que va desde su fundación hasta los años treinta, donde se caracterizó por su trabajo interno, creación de un periódico, vinculación con el mundo popular, los problemas sociales, destacando las conferencias periódicas sobre cultura general a centros obreros, un Liceo Popular y Nocturno, y una Universidad Popular. Para la coyuntura 1938, la FEC dio su apoyo irrestricto a la candidatura del Frente Popular.

Un segundo momento va desde la década del cuarenta y se prolongó hasta mediados de los sesenta. En esta etapa, se demandó espacios de participación en las Facultades, concretamente derecho a voz; para luego extenderla al derecho a voto. Entrada la década del cincuenta, concretamente en 1952, se realizó un gran congreso de profesores, estudiantes y administrativos, ocasión en la cual se requirió una reestructuración de los organismos directivos de la Universidad, solicitando dos representantes estudiantiles en todos los organismos de la institución. El momento más complejo se dio en 1955 a través de una gran movilización estudiantil, la cual duró aproximadamente cinco meses. Aquí la FEC hizo llegar a la autoridad una propuesta de reforma universitaria, que entre otras cosas hablaba de mayor representación estudiantil ante el Consejo Universitario y las Facultades.

Una tercera etapa tiene como coyuntura el año 1966 hasta el golpe de Estado de 1973. Aquí la demanda por democratización de la Universidad, la reforma universitaria y el cogobierno serán las principales banderas de lucha, la cual fue a la par de la acción y compromiso social. El cuarto momento comprende la desaparición de la FEC durante los primeros diez años de dictadura, hasta que en 1983, nuevamente se reorganizó en esta oportunidad para dar la lucha contra la intervención militar en la Universidad y la recuperación de la democracia.

Finalmente, está la quinta etapa, que va desde el retorno a la democracia hasta nuestros días, donde la FEC no ha sido ajena a la crisis de participación y representación por la cual estamos atravesando.

En consecuencia, en buena hora valdría la pena conmemorar el centenario de la FEC como actor y no espectador de la vida regional y nacional.

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