Opinión

Ejercicio físico para personas con discapacidad

Por: Diario Concepción 25 de Marzo 2019
Fotografía: Lukas Jara M.

Luis Parada y Erika Brandt
Académicos de Pedagogía en Educación Física
Universidad San Sebastián

¿Es el deporte un agente que promueve una mejora en la condición de salud y calidad de vida de las personas con discapacidad? Y, de ser así, ¿cuáles son los beneficios que promueve? La respuesta a estas interrogantes es contundente y categórica, así como también innegables son las barreras que deben sortear las personas en esta situación para alcanzar los beneficios físicos y sociales de este derecho al crecimiento y desarrollo personal.

El deporte es uno de los escasos fenómenos que derriba las barreras de clases en lo que respecta a participación social. Otorga beneficios personales y es apreciado como una actividad social. La realización de la práctica deportiva mejora la valoración del estado de salud. De igual modo, el deporte es una actividad libre, pero realizada sistemáticamente y, según reglas determinadas, potencia al hombre en su totalidad.

El ejercicio activo y habitual influye positivamente en la calidad de vida de quienes padecen diversas condiciones de salud. Mejora el funcionamiento del sistema locomotor, rehabilita enfermedades cardiovasculares, constituye un agente en el control del peso o adicciones a sustancias tóxicas. Sin embargo, este ejercicio debe reunir características especiales con respecto a su duración, intensidad y frecuencia.

La actividad físico-deportiva es clave en la calidad de vida de las personas, pero especialmente en aquellas con discapacidad.

Para todos los casos, ya sean condiciones intelectuales severas, motoras moderadas o sensoriales leves, es recomendable hacer actividad física supervisada por profesionales calificados.

En ese contexto, se debe entender que el fin del deporte adaptado es, entre otros aspectos, insertar e integrar a la persona con discapacidad a la sociedad. Algunos de sus beneficios son: la socialización, mejoras físicas, psicológicas y de autoestima, superación personal, bienestar vital.

El ejercicio físico en el deporte adaptado igual permite el desarrollo de la resistencia, fuerza y flexibilidad, mejora del control postural y del equilibrio, aumento de la capacidad cardiorrespiratoria, prevención, mejora y rehabilitación de enfermedades cardiovasculares, prevención de la obesidad, reducción de la angustia y la ansiedad, fortalecimiento de la autoestima.

¿Por qué entonces la práctica es tan minoritaria en este grupo? Personas con discapacidad siguen enfrentándose a múltiples obstáculos en su día a día. Sus necesidades vitales se ven, en muchas ocasiones, parcial o totalmente restringidas por temas como la accesibilidad, barreras arquitectónicas, falta de motivación, o ausencia de infraestructuras o de medios económicos.

El derecho al desarrollo de capacidades físicas e intelectuales, mediante el deporte y el ejercicio físico, en personas en condiciones de discapacidad, debe ser garantizado en el marco del sistema educativo y en todos los aspectos del desempeño social. Asimismo, debe ser orientado por un comprometido y cuidado marco de políticas públicas.

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