Opinión

De la pirámide a los equipos de trabajo

El estilo de gestión patriarcal en la jefatura desmotiva a los empleados y resta eficiencia a las respuestas oportunas.

Por: Diario Concepción 12 de Febrero 2019
Fotografía: Diario Concepción

Pamela Espinosa B.
Psicóloga, Coach Profesional Pontificia Universidad Católica de Chile.
bac.cafeconcepcion@gmail.com

Las estructuras organizacionales nuevas ya no funcionan como pirámides jerárquicas en la cual, es el jefe quien tiene la potestad total sobre los empleados; hoy la tendencia es al trabajo en red y a desarrollar el talento natural de los colaboradores para que aporten activamente al máximo desempeño.

Atrás queda la concentración exclusiva en las metas y objetivos, dando paso a la toma de decisiones compartidas y la expresión de los talentos naturales de los colaboradores, para lograr las metas organizacionales con más eficiencia y motivación que con los métodos antiguos.

Esta nueva manera de hacer gestión va de acuerdo a la motivación de las generaciones Millenials y Z, quienes actúan según sus propios talentos y motivaciones más que por los objetivos ajenos.

¿Qué implica para los actuales trabajadores esta nueva tendencia? En primer lugar, puede ser percibido por las jefaturas en un principio como una pérdida de poder, ya que la toma de decisiones está centralizada en la cúpula y manda desde arriba hacia abajo, cambia a una cadena de mandos compartida, equilibrando la jerarquía con la participación de todos.

Sucede que el estilo de gestión patriarcal y centralizado en la jefatura desmotiva a los empleados y resta eficiencia a las respuestas oportunas y al desarrollo del potencial de los trabajadores, ya que todo depende de la aprobación del jefe máximo.

¿Qué pueden hacer los actuales jefes para comenzar a desarrollar este estilo y responder a los nuevos escenarios? En primer lugar, atreverse a desarrollar el liderazgo y la visión estratégica (metas de largo plazo) en todos los colaboradores, y dedicar gran parte de su tiempo a detectar y a desarrollar el talento de los demás. Los colaboradores deberán convertirse en líderes, compartiendo la toma de decisiones entre los trabajadores y los gerentes.

En esta nueva forma de dirigir, lo fundamental es el desarrollo de 4 aspectos:

1. El trabajo con equipos altamente comunicados, que funcionan creando redes de apoyo y de aprendizaje mutuo;

  1. Detectar a trabajadores referentes al interior de la empresa, que se destacan en algún aspecto de su desempeño y que son consultados por los otros equipos, para aprender; el referente toma el rol de Mentor que ayuda a los otros a desarrollar la competencia en la que él es fuerte;
  2. Seleccionar y entrenar a un grupo de jefes coach (motivadores), para ayudar a los demás a crear una manera más amplia y eficaz de pensamiento y comportamiento;
  3. Tienen un sistema de líderes. El líder es una persona que tiene la visión global del negocio y que maneja los sistemas administrativos y productivos de su equipo; La gran diferencia con el jefe tradicional, es que este líder es validado como tal por los propios empleados.
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