Opinión

Aquí no se puede correr y hablar al mismo tiempo

Víctor Aravena anunció su retiro del atletismo para dedicarse a su hijo. Cansado de tanta pelea y el abandono por parte de quienes entregan recursos deportivos. El cartel de Coronel dejará de pasear por Sudamérica, como él lo hacía.

Por: Paulo Inostroza 12 de Noviembre 2018
Fotografía: Agencia UNO

A los 15 años, Víctor Aravena ya se subía a un podio en Rosario. Su prueba regalona, los 5 mil metros. El flaco de Coronel pintaba para estrella, porque tenía prototipo, trabajaba duro desde chico y no le tenía miedo a nada. Choro, de origen humilde, trato amable y siempre directo. Tempranamente llegaron los oros, en Argentina, Brasil y donde sonara la pistola y mandaran a correr. El apellido Aravena se hacía conocido en Sudamérica y su comuna aparecía nombrada en todas partes. Todos querían decir que era suyo, como siempre cuando a los tipos les va bien.

Y Aravena siempre se quejó de lo que a muchos les pasa, pero nadie se atreve a hablar. Porque te pueden vetar, porque quedas negro. El 2015 se echó encima al alcalde Leonidas Romero. “Nunca me ha ayudado y no quiero nada suyo”, fueron sus palabras en aquella época. La autoridad lo trató de malagradecido. Como sea, Coronel sabe quién es quién y al año siguiente, antes de los Juegos en Río, lo premiaron como Hijo Ilustre de la comuna. Su madre, Graciela, recibió el reconocimiento. En Toronto le había dedicado su medalla a “la gente humilde de Coronel, que lo pasa mal”.

El 2017 fue el único chileno en colgarse oro en el Sudamericano de Paraguay y, bajando del podio, sacó la voz para revelar su realidad: “una vez más pude doblarle la mano a la adversidad, a pesar de no contar con el apoyo del Team Chile ni del Comité Olímpico”. Esa vez llegó a tomar el avión y no tenía pasajes. Lo pagó de su bolsillo, como tantas veces. El atleta acusaba descoordinaciones e irregularidades en el apoyo económico. No gritaba solo por Víctor, lo hacía por todos los deportistas. “No me siento parte del Team Chile”, comentó por esos días. De parte del Coch lo culpaban a él. Era la palabra de uno contra el otro, pero el que perdía siempre era Aravena.

Pero, pese a todo, el hombre seguía acelerando y coleccionando preseas. No para él. Siempre con la bandera de Chile, siempre mencionando a Coronel. Ahora se quedó sin Beca Proddar y acusa que los encargados de medir sus rendimientos y marcas requisito para acceder a estos beneficios consideraron que no califica. ¡El campeón sudamericano no califica! Afirma que camina por los pasillos y ni lo miran, porque saben que lo cortaron porque quedó negro. Por choro, por directo.

Con 28 años, muchísimo por dar y haciendo marcas que son por lejos las mejores a nivel nacional, amenaza con retirarse. Cabreado. ¿Pide mucho Aravena? Solo respeto. Que lo miren a la cara y le digan qué merece y qué no. Porque afuera, todos saben quién es quién.

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