Opinión

Edmundo Larenas Guzmán

Por: Diario Concepción 04 de Noviembre 2018
Fotografía: Diario Concepción

Don Edmundo Larenas nace en Melipilla en enero de 1857. Era hijo de don Exequiel Larenas y de doña Ignacia Guzmán. Sus primeros estudios los inicia en Santiago en el Instituto Nacional, para luego ingresar a estudiar Leyes en la Universidad de Chile, titulándose de Abogado en 1878. Casado con Teresa Plaza de los Reyes, con quien tuvo un hijo, don Edmundo Larenas Plaza de los Reyes.

Terminado sus estudios se radica en la ciudad de Concepción en el año de 1878. Ubica su residencia en las céntricas calles de Tucapel y San martín, ejerciendo como Notario y como profesor de historia, física y geografía natural en el Liceo de Hombres de Concepción. A su vez, en su carácter de profesor de derecho fue miembro docente de la Facultad de Leyes y Ciencias Políticas del curso de Leyes del Liceo de Hombres.

Participa en 1917 en el Comité Pro Universidad de Concepción y Hospital Clínico, formando parte de su mesa directiva, para en 1920 convertirse en el primer Decano de la Facultad de Derecho, cargo que desempeña hasta fines de 1922. Fue uno de los miembros fundadores de la actual escuela de ingeniería, la que cuando se creó, en 1919, se denominó Escuela de Química Industrial.

Su interés por la poesía lírica y dramática lo lleva a publicar bajo el seudónimo de “Ele”, o simplemente su nombre, diversos artículos sobre los más diversos temas. Su libro “Los Temblores de Tierra” de 1881 es un interesante tema sobre los sismos penquistas. Como autodidacta en otros temas escribe sobre astronomía, siendo además uno de los primeros en estudiar e impartir concurridas conferencias en 1918 sobre la teoría de la relatividad de Albert Einstein.

Fue miembro de la Ilustre Municipalidad de Concepción y de la Junta de Beneficencia. Colaboró en la Revista Del Sur y otras publicaciones con artículos científicos, históricos y literarios, siendo de mucho mérito y muchos celebrados, aquellos que contienen alguna tradición de esta ciudad o de sus alrededores.

Don Edmundo era un hombre de tamaño regular, ancho de espaldas, un poco agachado, relativamente calvo, de nariz chata y gruesa, de ojos profundos y azules, desaliñado en el vestir, de andar pausado y lento, era sencillo y sobrio, afectuoso y cordial, aunque a primera vista algo frío en el trato, al conocerlo se explayaba siendo un charlatán infatigable, ameno y de gran cordialidad. Fue miembro activo del cuerpo de bomberos, del cual llegó a ser superintendente, fue además fundador y primer director de la Tercera Compañía de Bomberos de Concepción, (Pompe France). La Segundo Compañía de Bomberos, en su 29 aniversario, bautizó con su nombre su nuevo carro de material recién adquirido, como homenaje a este insigne bombero.

Edmundo Larenas fallece en Santiago un 12 de diciembre de 1922. La ciudad de Concepción ha nominado con su nombre una calle del Barrio Universitario en reconocimiento a su aporte a la ciudad.

Alejandro Mihovilovich Gratz
Profesor de Historia y Geografía
Investigador del Archivo Histórico de Concepción

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