Opinión

El café y sus beneficios

Por: Diario Concepción 01 de Octubre 2018
Fotografía: Referencial

Paula Fuenzalida Silva
Nutricionista
Coordinadora Clínica
Universidad del Desarrollo Concepción

El café no es un alimento que se recomiende, según las guías alimentarias de la población chilena, pero su consumo no excesivo podría considerarse en el aporte de líquidos recomendados. Su consumo moderado, como el de muchas otras sustancias de origen natural, parecer aportar muchos más efectos benéficos que perjudiciales en nuestra salud.

La cafeína es su principal componente activo y los efectos de su consumo se asocian mayoritariamente a ella, que es una metilxantina que actúa como antagonista de los receptores de adenina en el sistema nervioso. Pero también el café aporta sustancias como el cafestol, el kahweol, el ácido clorogénico a los cuales se les atribuye propiedades antioxidantes y contiene micronutrientes como el magnesio, potasio, niacina, trigenolina, tocoferóles, todos con efectos benéficos.

En general, el consumo excesivo de café, o de cafeína, se ha asociado con un mayor riesgo de hipertensión y, por consiguiente, con un mayor riesgo cardiovascular. En la actualidad, esto puede ser debatible si se compara con los efectos benéficos de la cafeína observados recientemente, y pueden conducir a romper o a modificar “mitos” establecidos. Por ejemplo, se debe considerar el efecto protector del consumo moderado en el riesgo de infarto, o en la presión arterial, o la no modificación de los niveles plasmáticos de la proteína C reactiva.

El efecto del café y de la cafeína en pacientes con enfermedad cardiovascular ya establecida ha sido poco revisado. Un solo estudio caso-control concluye que el consumo de 10 o más tazas produce un aumento significativo de Infarto al miocardio en pacientes con la patología ya establecida.

La hipertensión es uno de los mayores riesgos de enfermedad cardiovascular, por lo cual aún pequeñas reducciones en la presión vascular pueden tener un gran impacto en la salud.

La cafeína puede aumentar los niveles plasmáticos de hormonas relacionadas al estrés, como la adrenalina, noradrenalina y el cortisol, por lo cual podría esperarse un efecto hipertensivo derivado de su consumo, ya que la secreción de estas hormonas es estimulada por la cafeína. Los investigadores concluyen que los antioxidantes contenidos en el café y que no contienen las bebidas energizantes, contrarrestan el posible efecto hipertensor observado para la cafeína.

El consumo de cafeína de hasta 300 mg/día, no constituye un mayor riesgo de infarto al miocardio, de hipertensión, o de modificación de los niveles plasmáticos de indicadores de riesgo cardiovascular, como la proteína C reactiva y la homocisteína.

El café, como el té, se recomienda como bebida de hidratación alejados de las comidas para disminuir interacciones. No se debe acompañar de leche, ya que también inhibe la absorción de calcio.

La conclusión general es que el café y la cafeína no actúan como el factor de riesgo ni como protector de ninguna enfermedad, sino que es la mezcla junto con otros factores (ambientales, sociales, genéticos y de estilo de vida) lo que determina el estado final de salud del individuo. No obstante, es necesario seguir trabajando sobre ello para encontrar mayores evidencias respecto al tema.

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