Opinión

El golpe militar en la UdeC

Por: Daniel Nuñez Durán 20 de Septiembre 2018
Fotografía: Diario Concepción.

DANNY MONSÁLVEZ ARANEDA
@MonsalvezAraned

La Universidad de Concepción fue uno de los principales espacios intervenidos por los militares tras el golpe de Estado de 1973. Aquella mañana del 11 de septiembre, cientos de estudiantes eran detenidos en las aulas, hogares y en el barrio universitario. Lo mismo aconteció con académicos y funcionarios.

Antes del golpe de Estado, la UdeC contaba con más de 19 mil alumnos, tras aquella fecha y ante el llamado a rematricularse, solamente volvieron (en octubre) poco más de 12 mil.

La imagen de “Universidad Roja” o “Foco Ultra”, que se había construido sobre la casa de estudios, constituyó uno de los elementos centrales a la hora de impulsar el proceso de “normalización institucional” del cual habló el primer rector delegado, capitán (r) de navío Guillermo González Bastías. Ese proceso de normalización no era otra cosa que la depuración interna de la casa de estudios, proceso que no se explica sin la práctica de la delación que llevaron adelante algunos académicos y alumnos contra aquellos que fueron partidarios o simpatizantes del gobierno de la Unidad Popular o bien tenían vínculos/proximidad con la izquierda.

A la confección de listas, por indicación del Rector delegado, sobre aquellos elementos que tenían que ser expulsados, se sumaron las cartas enviadas por la nueva autoridad universitaria a los servicios de seguridad de la zona, en la cual solicitaban información de académicos/as que eran sindicados de sospechosos o derechamente un peligro para el normal funcionamiento de la Universidad o la seguridad interior del país. Uno de aquellos casos lo constituyó la exoneración de quien fuera el primer Rector elegido por votación de los tres estamentos universitarios el año 1968, don Edgardo Enríquez F.

A lo anterior, se sumó el cierre de las carreras de periodismo, sociología, el Departamento de Difusión y el Teatro de la Universidad (TUC). La radio de la Universidad fue intervenida, pasó a control militar y se convirtió en la radio de las Fuerzas Armadas a nivel local durante un tiempo. Pero no fue solo aquello, los uniformados requisaron y destruyeron aquella discografía de cantantes y grupos identificados con la izquierda o la UP.

Si bien el golpe militar se hizo sentir con fuerza en el campo de las ciencias sociales, otras áreas también sufrieron la represión militar, es el caso por ejemplo de la Escuela Dental, Ingeniería y Física. En esta última, un grupo de jóvenes académicos, del departamento de geofísica, que habían apoyado entusiastamente el proceso reformista de 1968, fueron rápidamente identificados y tras el golpe de Estado, exonerados.

Lo cierto es que desde aquel martes 11 de septiembre de 1973, la UdeC no solo fue prisionera de la represión, delación y depuración, también víctima de un ambiente de desconfianza, miedo y persecución que de una u otra forma conculcó durante años el desarrollo libre del espíritu.

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