Opinión

Sala cuna universal

Por: Diario Concepción 18 de Agosto 2018
Fotografía: Archivo | Diario Concepción

Francesca Parodi
Seremi de Gobierno

Las políticas públicas se miden por el impacto que logran tener en la sociedad y por su efectividad para resolver problemas. Una buena política debe significar una mejora en la calidad de vida de los beneficiados, y es precisamente eso lo que busca el proyecto de Sala Cuna Universal.

Uno de los avances más destacados del primer Gobierno del Presidente Sebastián Piñera fue el postnatal de seis meses, política que significó un tremendo avance para miles de mujeres trabajadoras.

Es por eso que en este segundo Gobierno se han vuelto a priorizar proyectos que apuntan a reducir brechas y asegurar derechos, más aún después de la fuerza que han tomado las demandas por igualdad de género.

En este sentido, el proyecto de Sala Cuna Universal viene a subsanar una injusticia que por décadas ha dejado a las mujeres en desventaja a la hora de insertarse al mercado laboral.

El proyecto garantiza el derecho a sala cuna para todas las madres trabajadoras con hijos menores de dos años, incluyendo las de tres grandes grupos hasta hoy excluidos: mujeres contratadas en empresas con menos de 20 trabajadoras, asesoras de casa particular e independientes.

En Chile la tasa de participación laboral femenina está muy por debajo de los países desarrollados. Mientras el promedio OCDE en este ítem es de 61%, en Chile alcanza el 44%, mientras que en la Región del Bío Bío es de 42%. Este déficit se acentúa aún más en el decil más vulnerable, donde la tasa de participación laboral femenina apenas alcanza el 27%, lo que demuestra la urgencia de abordar esta materia.

Y esa es precisamente una de las fortalezas de este proyecto, ya que incluye tres aspectos esenciales que, además, son pilares de nuestro Gobierno. Por un lado, la agenda mujer aparece como la principal promotora de esta iniciativa, ya que beneficiaría a unas 250 mil mujeres a nivel nacional que hoy no tienen acceso a este derecho.

En segundo lugar, la agenda infancia también se ve fortalecida, ya que el proyecto busca asegurar no solo el acceso, sino que también el cuidado y estímulo que reciben los menores en las salas cuna. Sin duda es un paso importante en cobertura y calidad para la primera infancia.

Y, finalmente, lo que se busca es fortalecer la corresponsabilidad de los padres, ya que el proyecto también incorpora como nuevos beneficiarios a los hombres que tengan la tuición de sus hijos menores de dos años, eliminando diferencias entre hombres y mujeres, y así erradicar los desincentivos a la contratación de mujeres.

Sin duda con este proyecto las brechas de género se verán disminuidas, logrando que ninguna mujer que quiera trabajar quede fuera por falta de oportunidades. Un avance concreto que viene a hacer justicia con el aporte de las mujeres en materia laboral y por el que debemos seguir trabajando.

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