FRANCISCA PERÓ GUBLER
Directora Ejecutiva | Teatro Biobío
En nuestro país, de acuerdo al mapeo de industrias creativas del 2014, estas constituyen el tercer sector con mayor potencial de crecimiento. Y a propósito de este dato relevante, sin duda no es posible seguir sustentando el desarrollo económico únicamente en la explotación de los recursos naturales agotables. Las nuevas tecnologías prometen robotizar, en un futuro no muy lejano, gran parte de los procesos que antes realizaban trabajadores. Por otro lado, la migración mundial de algunas industrias en busca de mano de obra más barata, nos hace mirar otras formas de producción.
No obstante, más allá de lo económico, hay un valor más profundo en las industrias creativas que las define y en donde reside su importancia. Éstas dejan de existir si salen de su entorno, y a diferencia de las cadenas de producción de esas otras actividades económicas que migran en busca de mano de obra más barata, “disociándose” de su entorno, la creatividad se sustenta en nuestro ambiente.
Nuestra región posee iniciativas importantes en torno a esta materia, tales como Concepción Crea y Produce, el reciente lanzamiento de marca ciudad “Conce Espíritu Independiente”, La Ruta de la Música de Sernatur, Biobío Film Comission, Festival REC, entre otros. Y hay también una nueva casa que, desde el 7 de marzo del presente año, ha abierto las puertas a su entorno: nuestro Teatro Biobío. Este imponente edificio, emplazado en el borde del río Biobío es una de las iniciativas que se proyectan desde el Estado para conectar a la ciudad con el río. Más de 27.000 personas asistieron a la programación artística en nuestros primeros 4 meses de funcionamiento y han podido conocer las creaciones artísticas de nuestra región, de Chile y del extranjero en un esfuerzo de vinculación multisectorial. Nuestro teatro se va convirtiendo en un espacio de encuentro ciudadano en torno a la cultura y las artes, mejorando nuestra calidad de vida y proponiendo como base fundamental de operaciones, su entorno.
Estudios de la Universidad de Oxford demuestran una relación directa entre las prácticas culturales y actitudes como la confianza, tolerancia, mayor sentido de deber cívico y conciencia sobre el medio ambiente, y un “puente” inmejorable, que es aspecto fundacional de nuestra naturaleza humana, es la creatividad. Resulta de toda lógica, entonces, que más actores se vinculen con el desarrollo de las industrias creativas, invirtiendo y fomentando no sólo un crecimiento centrado en lo económico, sino un crecimiento con identidad y sentido de entorno que vincule a todos los agentes de la sociedad en la construcción de una sociedad mejor, para seguir sumando años en esas actividades que seguirán siendo una de las más antiguas (y fundamentales) de la humanidad: el talento creativo.