Opinión

Posverdad: ¡A recuperar los espacios!

Por: Diario Concepción 08 de Julio 2018
Fotografía: Cedida

Jonás Preller R.
Periodista, magíster en Artes Liberales
Gerente de Comunicaciones y Sostenibilidad Bancoestado

Atribuir la proliferación y masificación de la posverdad al uso de redes sociales es un ejercicio tentadoramente cómodo. Decir que el surgimiento de las redes sociales, su frecuencia de uso y la alta penetración que tienen -independiente de condiciones sociales, demográficas o variables de género o edad- es “EL” catalizador para que hoy sus mismos usuarios sean víctimas de Fake News, no puede ser una explicación que nos deje del todo satisfechos.

En teoría evolutiva se conoce como “ingenieros ecosistémicos” a aquellas especies que son capaces de tomar un nicho disponible, ocuparlo y expandirse sin control ante la falta de especies que sean capaces de combatirlos (depredadores). El posicionamiento, la penetración que logran las especies invasoras es tan alta y profunda que es capaz de transformar el medio ambiente para sí; de ahí el carácter de ingenieril con que se las denota.

La posverdad es nuestro ingeniero ecosistémico. Las noticias falsas, la desinformación y los llamados “hechos alternativos” hoy en día han sido capaces de ocupar un nicho informativo disponible, un espacio, una audiencia que en su minuto no fue atendida. Que las redes sociales ayudaron, que duda cabe, pero la responsabilidad no puede traspasarse con tanta facilidad.

¿Coincidencia acaso que el aumento en consumo de redes sociales como fuente informativa sea el mismo año en que cae el acceso a medios tradicionales? ¿Qué en 2016 (Trump y Brexit mediante) sea el año récord en usabilidad de fuentes como Facebook o Twitter?

Pese que se ha marcado un quiebre de tendencia, de acuerdo  las últimas cifras de “Reuters Institute’s Digital News Report”, un 36% global sigue prefiriendo a Facebook como puerta de entrada para el consumo de hechos noticiosos, seis puntos menos que en 2016. En Chile, lamentablemente la usabilidad de redes sociales como fuente informativa llega a 43%, similar nivel que países como Bulgaria (42%) y Malasia (40%).

La oportunidad hoy existe. Los medios tradicionales los diarios, la radio, la televisión deben ser capaces de volver a ocupar el nicho que hoy está dejando disponible las redes sociales. Sus audiencias además  debemos ser capaces de evangelizar a los demás usuarios respecto de los riesgos de no recurrir a fuentes confiables, y a establecer (de nuevo) como paradigma que SÍ es relevante donde nos informamos.

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