Rodrigo Martínez Fernández
Ex Presidente Comité Desarrollo
Productivo Regional
Si hubo un elemento que caracterizó la gestión del Gobierno Regional que encabezó el Intendente Rodrigo Díaz, sobre todo en los meses de instalación, fue el empeño por construir capital social. Es decir, en primer lugar, asumir los problemas y complejidades de arrastre de la región, con sentido de urgencia y sin deslindar nunca responsabilidades en otros, incluida la gestión anterior. Y el segundo, ponerse a la cabeza de una verdadera cruzada para forzar la colaboración entre los diferentes sectores regionales y así recuperar espacios de confianza y colaboración.
Esta tarea fue explícitamente expresada y defendida en diferentes foros regionales y nacionales, como Erede y Enade, por citar dos; porque existía la convicción que a través de este camino, se priorizaban los intereses regionales por encima de las legítimas diferencias que existen entre quienes tienen injerencia en la promoción del desarrollo regional. Fue así que, en innumerables ocasiones fueron convocadas personas y agrupaciones de oposición, de Gobierno, parlamentarios, del Core, de gremios, universidades, sociales, etc.; para abordar una diversidad de temas y proyectos que tenían y merecían el interés regional.
Los ejemplos son muchos y exitosos; la ERD 2015-2030; el acuerdo de uso del Lago Laja; el Pacyt; la Internacionalización; la construcción del sitio Usda en Cabrero, el acuerdo por Arauco; la constitución de Directorios pluralistas, como el Comité de Desarrollo Productivo, la Corporación de Desarrollo, el Directorio de la Corporación del Teatro Regional, por nombrar algunos hitos de una larga lista de ejemplos de colaboración pública – privada – universitaria – social.
Por esto, es que pasados ya dos meses de la actual administración y cuando empiezan a emerger con mayor fuerza las complejidades y cuestionamientos, la mayor parte por yerros no forzados o ausencia grave de agenda del propio equipo regional de autoridades sectoriales, es que tal vez conviene volver a mirar una forma de trabajo que impida perder este capital social y por el contrario, dar continuidad y no volver a partir de cero en aquellas iniciativas de carácter estratégico.
Sin duda, el trabajo en torno al proyecto de Soterramiento y Explanada que estos días ha vuelto a ser visibilizado es un buen ejemplo que imitar, lamentablemente se percibe como un hecho aislado y a ratos pareciera que ante los problemas se vuelve a recurrir al uso fácil del recurso de culpar a Santiago o al Gobierno anterior. Pero dado que este camino se extingue rápido en el tiempo, ya que después de 4 a 6 meses no será posible sostenerlo, es que tal vez haya llegado la hora de retomar la buena aunque trabajosa tarea de la convocatoria plural, amplia e integradora para sacar adelante los nuevos desafíos que tiene la región.