Jorge Porter Taschkewitz
Ingeniero Comercial UdeC
Es lamentable el desempeño inicial del nuevo Congreso, que aumentó en un 30% en el número de parlamentarios, con un elevado costo para los chilenos, con el que nadie estaba de acuerdo, excepto la élite para aumentar sus “peguitas”.
Cualquier encuesta seria ha mostrado y muestra la tremenda desaprobación que tienen tanto las instituciones políticas como las instituciones jurídicas del país.
Preocupados de problemas menores puestos por pequeños grupos de presión, no se focalizan en solucionar los problemas del país como la delincuencia, el crecimiento económico, la pobreza, la violencia contra las mujeres, las madres y los niños, la justicia que no es justicia y que sólo es derecho hasta arbitrario de jueces y juezas como han dicho expertos en la materia.
El informe “Violencia extrema hacia las mujeres en Chile” que en su página 133 concluye: “Claramente el estudio permite afirmar que no se está protegiendo a las mujeres…” o “Las medidas de protección que actualmente decretan los tribunales de justicia para poner a salvo la vida de las mujeres no son adecuadas: primero, porque se requiere que dichas medidas sean revisadas en su cumplimiento y efectividad, y esa labor no se realiza; y, segundo, porque se hace caso omiso de la ley que consigna que para poner a resguardo a las víctimas se dictarán “todas las medidas que se consideren necesarias”. Y continúa el informe “…. El legislador otorga facultades muy amplias a los jueces y juezas para resguardar la vida de las mujeres, sin embargo, estos sólo decretan como máxima medida de seguridad, la prohibición del agresor de acercarse a la mujer, poniéndola a ella como principal responsable de vigilar el cumplimiento de dicha medida”.
Por el lado político, lo que ha sido y es oposición al gobierno sólo le ha interesado y le interesa que le vaya mal al gobierno de turno, con muy pocas excepciones de la totalidad de los parlamentarios.
La intolerancia por hechos menores, son aprovechados por pequeños políticos que son inflados por una prensa ávida de escándalos, polémica, debate o directamente mala intención.
Esta intolerancia más la crónica desconfianza existente en el país amerita que se haga, a partir de ahora, un esfuerzo nunca visto para mejorar sustancialmente el tóxico ambiente político y judicial que se está viviendo en el país.
El que quiera seguir haciendo del ámbito público un circo, que se vaya para la casa, hoy. Los que queramos mejorar, adoptemos y exijamos medidas serias, con plazos, recursos y un seguimiento sistemático y lo difundan a toda la sociedad.
Todos somos responsables, pero principalmente tienen más responsabilidad quienes toman las decisiones, los que las critican sin fundamentos sólo por estar en contra, así como los entrevistados y los entrevistadores que aparecen y difunden a la población en prensa y redes sociales.