Opinión

Brecha salarial, seguir buenos ejemplos

Por: Diario Concepción 18 de Marzo 2018
Fotografía: Cedida.

Por: Alexandra Matus Gacitúa
Académica Plan Común de Ingeniería
Universidad San Sebastián Concepción

La brecha salarial entre hombres y mujeres que desempeñan similares funciones es una realidad preocupante en Chile; más cuando, de acuerdo a la proyección realizada, esta brecha seguirá siendo amplia. El INE hace más de 20 años que incluye estadísticas de género con el fin de evidenciar cómo se ven afectados hombres y mujeres en los distintos  ámbitos de la vida social, política, económica y cultural.

Según los datos recolectados por el INE en el periodo 2010 y 2016, el sueldo de las mujeres fue menor y de forma constante en los distintos sectores económicos y ocupacionales. Esta diferencia de sueldo llegó a un 31,7%.

Pensar en la posibilidad de igualdad en este aspecto en Chile es aún prematuro. En cambio, en otros países como Islandia ya están trabajando al respecto. Ese país ha puesto en marcha la ley que obliga a las empresas con más de 25 trabajadores a auditar los sueldos para evitar ser sancionados. De esta manera las empresas obtienen un certificado gubernamental sobre igualdad salarial. No es el único caso. Alemania  ha implementado la ley de transparencia salarial para empresas con más de 200 trabajadores que permite conocer el sueldo promedio de sus colegas. Así, si una mujer identifica que obtiene un salario menor al de su colega por realizar funciones similares puede reclamar jurídicamente el derecho a recibir un igual salario.

Este es un tema que se arrastra desde hace muchos años y, a pesar de los avances y evoluciones que ha logrado el ser humano, sigue siendo una importante deuda con la sociedad.  La igualdad de condiciones entre hombre y mujeres, quienes hoy se desarrollan prácticamente de manera indistinta en los diferentes rubros y áreas laborales, debe ser una realidad para el bienestar de nuestra sociedad.  En nuestro país los únicos sectores que aún están fuertemente marcados son: los trabajos domésticos en el caso de las mujeres y los trabajos operarios en el caso de los hombres, incluso las responsabilidades del hogar cada vez son más transversales.

Las personas merecen sentirse dignas del trabajo que realizan y el salario que reciben por ello y para las empresas debería ser una posibilidad reconocer a sus trabajadores en la igualdad. Con este pequeño gesto de voluntad se podría tener a personas más comprometidas con su trabajo y felices en su ambiente laboral y, obviamente, más productivas, lo que beneficia siempre a toda empresa u organización.

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