Ciertas noticias son horripilantes, o sea de parar los pelos de horror, la especie humana parece inagotable a la hora de cometer disparates y al mismo tiempo de exhibir creaciones de valor inestimable, así, nunca falta alguien que se destaca haciendo propuestas indecentes, como un grupo de científicos-que por razones de integridad física es mejor no identificar- que han concluido que la Luna es tan rica en helio-3, un posible combustible para la fusión nuclear, que “podría resolver la demanda energética humana por alrededor de al menos 10.000 años”. Uno de ellos- no es de los nuestros, menos mal- ha exclamado extasiado; “está llena de recursos, principalmente minerales raros, titanio, uranio, que son muy escasos en la Tierra y estos recursos podrían ser usados sin limitaciones”.
Las declaraciones tienen un contenido ciertamente ominoso. Para cualquier persona que entienda lo delicado que es el equilibrio ambiental, resulta evidente que la Luna podría ser intervenida con fines industriales y con efectos difíciles de valorar, aunque posiblemente ninguno de ellos insignificante, el temido Efecto Mariposa de la teoría del caos: una pequeña perturbación inicial, podría generar un efecto considerablemente grande a mediano o corto plazo, lo que no debiera sorprender a los chinos, por ser de su antigua cultura el proverbio, “el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo” .
No ha habido acuerdo, desde la reunión iniciada el 14 de Marzo de 1978, impulsada por la ONU, concerniente al cuidado de la Luna y sus riquezas naturales, nadie parece creer que sea un asunto urgente. Sin mirar lo que ya estamos haciendo con la Tierra, hay quienes quieren meterle mano a nuestra romántica Luna, duros de entendederas.
PROCOPIO