Por: Fernando Dunn
Presidente Pymerfor
Existen muchos mitos en torno a la actividad forestal. Entre ellos, su concentración en grandes empresas y la tipificación de las plantaciones como las responsables del consumo de agua, la degradación de suelos y, por supuesto, los incendios.
Efectivamente son mitos. En primer lugar, en el sector forestal las pymes trabajamos el 39% del total de la superficie plantada en el país y colaboramos en la descentralización económica entregando empleo en los sectores rurales de las regiones del Maule a Los Ríos.
Segundo, las plantaciones son un aporte a la sustentabilidad. De acuerdo al Sistema Chileno de Certificación de Manejo Forestal Sustentable (Certfor), el 90% de los bosques plantados se han establecido sobre suelos desnudos con distintos grados de erosión. Por lo tanto, se está favoreciendo la conservación de los nutrientes del suelo, se mejora la calidad del agua y se purifica el aire.
El beneficio de las plantaciones no termina allí. No hay que olvidar que cada chileno emite en promedio 4,66 toneladas anuales de dioxido de carbono (CO2) y que un estudio realizado por Conaf en 2013 concluyó que el eucalipto es capaz de capturar 29,9 toneladas de CO2 por hectárea en un año (tCO2/ha/año).
Ese aporte se complementa con una producción en base a ciclos, que son de 12 años para el eucaliptus y de 24 años para el pino. El manejo sustentable vía reforestación, después de la cosecha, nos permite generar un producto renovable.
Lamentablemente, ese producto renovable se vio dañado con los incendios rurales de la temporada pasada. Decimos rurales, porque es bueno aclarar que 4 de cada 5 de ellos son provocados fuera de una plantación y que al menos el 50% de la superficie quemada afectó a las pymes forestales (algunos propietarios llegaron a perder el 100% de su patrimonio silvícola).
No queremos volver a vivir ese escenario. Por eso agrupados en Pymefor, estamos recorriendo las comunas más afectadas de la provincia de Concepción y Bío Bío para llevar nuestro mensaje de prevención de incendios de la mano del trabajo de los municipios.
Creemos firmemente en la necesidad de defender nuestro trabajo, pero sobre todo el de las más de 400 mil personas que viven de la actividad forestal en Chile. Un número que muchas veces pasa desapercibido para quienes viven en la ciudad, pero que es determinante para las decenas de comunas rurales de nuestro país.