Nicole Carvallo
Economista UdeC

El 1 de mayo se conmemora el día internacional del trabajo, en base al movimiento histórico de finales del siglo XIX que buscaba reducir la extensa jornada laboral de 12-16 a 8 horas diarias. Este hito da un paso importante en la historia del mercado laboral: los trabajadores tienen “derechos”, no sólo deberes.

El trabajo dignifica y el ocio embrutece, dice el dicho. ¿Bajo qué concepto de dignidad?, ¿De qué dignidad hablamos si más de la mitad de los trabajadores chilenos tiene un ingreso de $ 300.000 mensual? Nos referimos a quienes tienen el “lujo” de tener trabajo en un país que vive una profunda desaceleración económica, donde la inversión está estancada hace más de 3 años y no existen incentivos para crear puestos de trabajo o mecanismos que diversifiquen la producción nacional.

La inversión crea empleo y “el motor” vuelve a andar haciendo que el país crezca. Lamentablemente la crisis interna en materia de confianza no se disipa y ello va en desmedro de los incentivos para invertir y de la producción. Sin un crecimiento “óptimo” no existen recursos para solventar los gastos fiscales. De hecho, no se necesitarían “bonos” en demasía si los sueldos fueron dignos.

Las mejores épocas de nuestra historia estaban en directa relación con el boom en los precios de nuestros commoditties, siempre vistos como los principales productos de exportación pero este boom terminó. He escrito en reiteradas ocasiones sobre la urgencia de diversificar la matriz productiva y exportadora de Chile, pero parece no ser prioridad en un año electoral.

Las estimaciones de crecimiento para este año bajaron a 1.5%, y la cifra reciente de desempleo bordea el 7% alcanzando en algunos sectores el 8%. Tampoco se vislumbra a corto plazo un repunte en la inversión a pesar que la tasa de interés ha disminuido tres veces en el año, dada la política monetaria expansiva del Banco Central.

Un país que tiene precios e impuestos de país desarrollado se contradice con un mercado laboral inflexible y sueldos que no cubren necesidades básicas. Entonces… ¿Sobrevive la gran mayoría de los chilenos en base al endeudamiento mes a mes? Esto es una bomba de tiempo, y con tasas más bajas ello parece ser “más” atractivo. 

Necesitamos crear mecanismos que fomenten la contratación, apuntar a sectores vulnerables, a la juventud, a la capacitación y la fuerza laboral femenina, con ello no solamente se crea empleo, también se combate la enorme brecha de desigualdad.

Por tanto, celebremos el día del trabajo cuando no veamos a más de medio país viviendo en base a deudas o pasando miserias, de lo contrario sólo es un día para reflexionar… ¿Hemos aprendido algo como país? O… ¿Se perdió el norte de lo realmente importante?