Pamela Espinosa b.
Psicóloga, Magíster en Desarrollo Organizacional/
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En algunos ámbitos del trabajo, presenciamos verdaderas “guerras frías” y “agendas personales ocultas” entre personas que supuestamente están reunidas para sacar adelante un objetivo técnico de la labor que realiza. Vemos cómo los intereses personales y políticos priman por sobre los intereses profesionales o incluso por sobre el interés general de los puestos de trabajo que representan.
El daño se multiplica cuando se trata de labores que deben prestar un servicio básico a nuestra sociedad (como la salud, la educación, el desarrollo o la seguridad ciudadana), ya que las decisiones que debiesen defender los intereses ciudadanos son tomadas considerando las veredas políticas más que el verdadero bien común.
Me pregunto, ¿necesitamos tener un problema grave de salud o un quiebre vital relevante para detenernos, tomar conciencia de para qué estamos aquí en esta corta vida y a qué intereses y prioridades estamos dedicando nuestros esfuerzos? ¿O será que la mayoría vive una vida sin sentido ni reflexión hasta el momento de su muerte?
¿Será posible que en algún momento podamos unirnos a crear soluciones, dejando de lado nuestros puntos de diferencia y poniendo nuestra inteligencia y habilidad al servicio de los fines profesionales para los cuales ocupamos un puesto de trabajo?
Llega siempre el momento en el cual usted, cuando está solo y desnudo frente a la vida, mira ese espacio vacío que todos tenemos dentro y se pregunta, ¿cuál es el sentido de mi vida? ¿Qué es lo que a usted verdaderamente le llena, le hace sentir autorrealizado o disfrutar realmente la experiencia de estar en este mundo?
Lo invito a mirar su agenda, observe los compromisos a los cuales les dedica la mayor parte de su tiempo y atención, mire ahora cuál es el sentimiento que predomina en su vida, cómo se siente la mayor parte del tiempo: ¿Realizado? ¿Aburrido? ¿Angustiado? ¿Feliz? Esta lista de actividades, ¿representa la vida que usted ha querido vivir?
Hay un libro del antropólogo Carlos Castaneda, que dice “Aprende a tener a la muerte como tu aliada”; usa su recuerdo como un llamado dulce a prestar atención a tu día a día, a vivir con conciencia y a tomar tus decisiones de acuerdo a lo que realmente quieres para tu vida.
Que diferentes serían nuestros resultados como sociedad si pudiésemos crear las soluciones que urgentemente necesitamos como país, entregando realmente lo mejor de cada uno de nosotros, colaborándonos y trabajando verdaderamente en equipo. No me cabe duda que tendríamos una existencia infinitamente más feliz.