Renato Segura
@cerregional.cl
Una de cada cinco de las grandes empresas en Chile, exporta; la concentración y la coordinación de penetración de los mercados internacionales de las grandes empresas, hicieron posible el acicate para el desarrollo y consolidación de la capacidad exportadora de la industria nacional. La otra cara de la moneda, lo constituyen las pequeñas y medianas empresas del país (pymes); sólo dos de cada cien empresas de este tipo, exporta.
Las empresas que exportan tienen beneficios adicionales respecto de aquellas que se concentran sólo en el mercado nacional. En el estudio “Dinámica de las empresas exportadoras, período 2002 – 2014”, publicado por la Unidad de Estudios del Ministerio de Economía en enero de 2016, se revela que, las empresas que exportan, son más exitosas y poseen una mayor tasa de crecimiento.
Si la evidencia de mayores beneficios es contundente, ¿por qué el grueso de las pymes no exporta?
Baja acumulación de Capital Social. Para una empresa cuya escala de producción no le permite ser competitiva y confiable al momento de abordar el comercio exterior, la complementariedad con empresas similares podría ser una alternativa viable para enfrentar su problema de tamaño. Por ejemplo, alcanzar acuerdos de producción homogénea y cuotas de producción, bajo el criterio de mínimo costo marginal, se podría alcanzar el tamaño óptimo en la escala de producción para sustentar un modelo exportador. Sin embargo, para que este modelo funcione y perdure, se requiere disponer de un capital social consolidado.
Regulación inadecuada. Por regla general, para un determinado sector económico, la actividad exportadora de la gran empresa deja poco espacio para desarrollar la capacidad exportadora de la pyme.
En efecto, cuando en dicho sector exportador existe un alto nivel de concentración productivo, es complejo para la pyme sobrevivir exportando a los precios FOB de referencia y los costos de logística, influenciados por la gran empresa.
Esta barrera para el ingreso de actores más pequeños, se consolidó con el modelo de integración vertical que funcionó sin regulación durante más de 30 años de historia exportadora. Recién en junio de 2014, la Fiscalía Nacional Económica, con la publicación del documento “Guía para el análisis de restricciones verticales”, reconoce explícitamente que la integración vertical de las grandes empresas, puede afectar negativamente la dinámica de las empresas en Chile.
Por lo tanto, la acumulación de capital social y la regulación inteligente, parecen ser ingredientes necesarios en la fórmula que contribuya a romper las barreras que impiden a la pyme exportadora su consolidación y crecimiento.