Opinión

Opinión: "¡Mujeres y hombres a la balanza!", por Pamela Espinosa

Por: Diario Concepción 28 de Febrero 2017
Fotografía: imagenPrincipal-6063.jpg

Pamela Espinosa B.
Psicóloga, Magíster en Desarrollo Organizacional/
consultoradesafio.cl 

Está demostrado científicamente que los mejores desempeños y productividades se logran cuando los equipos están compuestos por participantes tanto masculinos como femeninos, que mantienen la comunicación y el intercambio de poder equilibrado y orientado al objetivo. 

De acuerdo a lo planteado por la Subsecretaría de Economía  a partir de datos del Banco Mundial, de un total de 2.400 compañías, aquellas que tenían al menos una mujer en sus directorios, ostentaban un rendimiento de 26% mejor que en otras que no tenían esa participación femenina. Sin embargo, si observamos la realidad de las empresas chilenas, nuestros equipos de trabajo, ejecutivos y de directorio, están compuestos en su mayoría sólo por hombres.

La Comisión de Productividad de Chile observa, a través de su encuesta de Participación Laboral (Mc Kinsey), que hemos aumentado la participación laboral, pero aún tenemos una brecha relevante, el 74% de las mujeres adultas entre 25 y 64 años que no trabajan, no lo hacen por tareas del hogar o por el cuidado de los hijos. Nos señalan además que tenemos la tasa de Ninis (jóvenes que ni estudian ni trabajan) más alta de la Ocde. De estos últimos, se subraya que los hombres no trabajan por que tienen problemas de motivación, mientras que las mujeres, por regla general, por tareas del hogar o cuidado de los hijos.

Debemos potenciar el nivel de productividad de nuestro país, y para lograrlo, necesitamos adaptar la forma en la que trabajamos. Hoy en día existen innumerables plataformas tecnológicas que facilitan el teletrabajo y necesitamos potenciar su entrada en el entorno laboral para impulsar la participación de mujeres jefas de hogar, que no pueden comprometerse a las jornadas laborales tradicionales. 

Necesitamos mirar la forma en la que diariamente laboramos y cuestionar la cultura en la que hemos sentado las bases del trabajo, la cual ha sido desde sus inicios concebida principalmente para los hombres. Los puestos de las mujeres se siguen concentrando en empleos de menor calificación y remuneración.

Necesitamos promover la participación femenina para que formemos equipos de trabajo fuertes y diversos en los altos cargos ejecutivos y directivos, y mejorar los emprendimientos formales dirigidos por mujeres. 

Citando al estudio “El Rol de la Mujer en la gran Empresa” , “se puede decir  que las mujeres en altos cargos de dirección están siendo protagonistas de un cambio cultural importante, que avanza lentamente y va transformando la sociedad en la cual vivimos. La mujer apuesta por un liderazgo… que enriquece y complementa los procesos de toma de decisiones”.

Tenemos grandes oportunidades que aprovechar en el trabajo colaborativo y equilibrado entre hombres y mujeres, creando más espacios de participación para la mujer. Si los hijos se enferman, que no solo sean las mujeres las que pedimos licencia para cuidarlo. Equilibremos la responsabilidad con los padres de nuestros niños. Hombres y mujeres estamos hechos para engranar y para trabajar en equipo generando una mayor creatividad y competitividad. Avancemos hacia un trato respetuoso, flexible e inteligente, que lleve la equidad de género más allá del discurso a resultados concretos de productividad.

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