Humanidades

El mapudungun: consideraciones sobre su estado actual, estudio y revitalización

Al iniciar este ciclo con algunas consideraciones sobre las lenguas originarias de Chile -y aunque pueda parecer redundante-, un buen punto de partida es señalar que son, precisamente, eso: lenguas y no meros “dialectos”, como se suele escuchar. Como diría el etnolingüista Adalberto Salas, todas las lenguas humanas siguen los mismos principios de funcionamiento y no hay diferencias sustantivas entre la lengua que utiliza un grupo humano que vive en la selva amazónica y otro que construye computadoras. Las lenguas, en este sentido, son esencialmente idénticas y superficialmente distintas. En este contexto, este reportaje se centra en el mapudungun, focalizando su estado actual, su estudio y también su revitalización.

Por: Diario Concepción 21 de Febrero 2021
Fotografía: Cedida

Jaime Soto Barba
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Estado actual del mapudungun

Al hablar de la vitalidad del mapudungun, el Dr. Gastón Salamanca, lingüista y docente del Departamento de Español de la Universidad de Concepción, hace referencia al trabajo publicado por Gundermann y otros, el primer semestre de 2011, en el cual los autores destacan que el mapudungun es una lengua que se encuentra en retroceso. En lo que a la Región del Biobío se refiere, los resultados muestran una clara diferencia entre la costa (zona lafkenche) y la cordillera (zona pewenche), en favor de este último referente geográfico, lo cual ha sido corroborado por estudios posteriores, como el de Henríquez en 2013. A partir del estudio de Gundermann y otros, se observa, también, un retroceso notable en el mantenimiento de la lengua a medida que disminuyen los rangos etarios de los encuestados.

El mismo año que Gundermann publicó su estudio, pero el segundo semestre, prosigue Salamanca, Fernando Wittig publicó un trabajo vinculado también con la vitalidad del mapudungun, pero en el contexto de los hablantes urbanos. Este estudio es interesante, entre otras cosas, porque describe las estrategias de resistencia que algunos hablantes despliegan para contener la situación de desplazamiento lingüístico y cultural. Entre ellas, se releva la creación de agrupaciones de mapuches urbanos, las cuales se constituyen en instancias de interacción que propician el mantenimiento cultural y contienen la asimilación o “ahuincamiento”. En el plano lingüístico, una expresión concreta de esta disposición al afianzamiento y difusión de la cultura mapuche es la implementación de cursos de mapudungun.

Más recientemente, en 2017, Zúñiga y Olate publicaron un artículo donde se evalúa la vitalidad etnolingüística del mapudungun, a partir del análisis de los resultados de la encuesta CEP de 2016. En dicho trabajo, y con base en una comparación con los resultados obtenidos por una encuesta similar del CEP de 2006, los autores concluyen que la precariedad sociolingüística del mapudungun es aún mayor que diez años antes.

A juicio de Salamanca, si nos basamos en la mayoría de estos trabajos, el panorama es desalentador. Y eso hay que tenerlo presente. Dicho esto, destaca también que, si bien estas referencias articulan parte importante del pronunciamiento de la academia sobre la vitalidad del mapudungun, hay otros trabajos como los de Flores Farfán, Teillier y Llanquinao, entre otros, que llaman a revisar los soportes teórico-metodológicos sobre los que se fundan aquellas investigaciones, pues serían esos fundamentos los que llevarían a sugerir una inevitable extinción de la lengua.

Ahora, Salamanca enfatiza en que, tanto o más importante que tener claridad con respecto a lo que relevan los distintos estudios, es considerar la participación que como sociedad en general hemos tenido y podemos tener en el deterioro o mantenimiento de nuestras lenguas originarias. En este sentido, señala que “dado que, por acción u omisión, histórica y actual, hemos contribuido al desplazamiento de las lenguas originarias, también con acción (procurando conocer más sobre ellas, por ejemplo) u omisión (omitiendo y, mejor aún, erradicando los prejuicios que sobre ellas existen, por ejemplo), podemos contribuir a su valorización y mantenimiento”.

Revitalización del mapunzugun: factores y actores implicados

Con respecto a la revitalización del mapudungun, el Dr.(c) Gabriel Llanquinao, Secretario Ejecutivo del Instituto Avanzado para el Diálogo de Saberes y Transformación Intercultural Ta iñ Pewam y académico de la Universidad Católica de Temuco, releva que hablar de revitalización conlleva algunas necesarias consideraciones sobre los factores y los actores implicados. En este contexto, sostiene que es necesario considerar el rol que ha tenido, y debería tener, una triada conformada por el Estado, las instituciones -particularmente de carácter técnico- y las “comunidades lingüísticas” implicadas.

Sobre el primer vértice de este triángulo, precisa: “En el caso de los estados nacionales, y en particular respecto de su rol histórico, es claro que el Estado ha jugado un rol determinante en la minorización y negación de las lenguas originarias en la escena nacional, así como una política histórica de prohibición de su uso en distintas esferas de la sociedad, principalmente en el sistema educativo; por lo tanto, su forzado desplazamiento, con evidente tendencia hacia la desaparición, obliga al Estado a generar las políticas y planificación lingüísticas, para favorecer los procesos de vitalización y revitalización, lo que supone proporcionar los recursos necesarios para proveer estudios, formación de recursos humanos y materiales necesarios según los contextos sociolingüísticos implicados; todo ello, sobre la base de los marcos normativos que relevan los derechos culturales y lingüísticos de los pueblos originarios”.

En segundo lugar, con respecto al rol de las instituciones, en particular aquellas abocadas al estudio y sistematización de las lenguas originarias, su análisis es claro en términos de que son llamadas a jugar un rol prominente en la generación de conocimientos en torno a las lenguas, desarrollar propuestas y enfoques teórico-metodológicos atingentes y situados a la realidad sociolingüística de las comunidades y/o territorios en que se sitúan dichas lenguas. En esta misma dirección, sostiene que parte del rol de estas instituciones debe estar orientado a “proponer y propiciar enfoques teóricos abiertos, sensibles y cercanos a las comunidades, orientados al trabajo conjunto con los propios hablantes, superando, así, la tradición clásica de comprender la lengua sólo como un sistema, y, de ese modo, ampliar la noción de lo lingüístico no sólo a la lengua, sino a la interrelación entre lengua, pensamiento y cultura”. En este contexto, una atención especial se debería prestar a la naturaleza y rasgos específicos de las lenguas originarias; entre otros, su particular carácter de transmisión intergeneracional, su tradición oral y su propia intradiversidad, evitando así procesos forzados, tales como la estandarización. En concreto, enfatiza en la necesidad de “avanzar en la superación de los enfoques clásicos centrados en la escritura y superar los reduccionismos, de modo tal que se favorezcan enfoques teóricos-metodológicos que involucren las bases epistémicas de las lenguas; para el caso del mapunzugun, dichos enfoques deben basarse en el mapun kimün –conocimiento mapuche-, y el inatuzugun, esta última como propuesta propia de indagación y de sistematización; todo lo anterior, para contribuir y robustecer, por ejemplo, la documentación lingüística”.

Como tercer aspecto, y en consonancia con lo dicho anteriormente, el Dr.(c) Llanquinao enfatiza que las comunidades debieran impulsar y reforzar procesos de revitalización desde marcos y nociones lingüísticas y culturales propias, lo cual implica la sistematización de conocimientos tradicionales en torno a la lengua y la participación en diversas prácticas culturales, sociales y económicas propias de la vida cotidiana. Concretamente, a su juicio, “se debiera articular las actividades productivas de la comunidad o lof mapu y recurrir de manera permanente a los recursos y nociones lingüísticas propias como el güxam –diálogo, conversación, relato-; es decir, este proceso implica el uso de recursos multimodales para la revitalización”.

Finalmente, el Dr.(c) Llanquinao releva el hecho de que “se debe comprender que el proceso de revitalización de las lenguas originarias se debe asentar sobre la emergencia de nociones propias de revitalización, tales como newenyegetual mapun kewünh (darle nuevamente fuerza a la lengua mapuche) y amulgetual (favorecer su proyección y desarrollo), por señalar algunas. En esto coincidimos con colegas como Fernando Teillier, José Antonio Flores Farfán y Gastón Salamanca, entre otros, con quienes hemos dialogado y publicado sobre algunos de los tópicos señalados”, señala el académico.

El estudio de la propia lengua: una experiencia

Un fenómeno interesante que se ha producido en los últimos años es que muchos peñi y lamngen, hablantes y no hablantes de mapudungun, se han ocupado del estudio de esta lengua. Una de esas personas es Paulina Urrea Ancanao, magíster en lingüística por la Universidad de Concepción. Sobre este proceso, Paulina destaca que ocuparse del estudio sistemático del mapudungun le parece valioso porque “en primer lugar, siento que tenemos una responsabilidad para con la lengua que es o fue de nuestros padres y madres, abuelos y abuelas, con todo el valor afectivo que ello conlleva; pero, junto con ello, también creo que debemos asumir con convicción que la academia es un espacio donde podemos cultivar las competencias para acercarnos al conocimiento intelectualizado de nuestra lengua. Y digo esto, porque una forma de discriminación se plasma en el pensar que lograr desarrollos académicos avanzados, como tener un doctorado o realizar un análisis exhaustivo del mapudungun, son incompatibles con el hecho de ser mapuche, especialmente si se es mujer”. En este contexto, Paulina Urrea releva el rol que han tenido otras lamngen como María Catrileo, Elisa Loncon, Jaqueline Caniguan, Elizabeth y Cecilia Quintrileo, entre muchas otras; sin olvidar la entereza con que distintas agrupaciones, muchas veces de manera autogestionada, se ocupan de la revitalización de la lengua.

En su caso particular, la investigación de maestría de esta lingüista se focalizó en una descripción fonético-fonológica del mapudungun hablado en Icalma (región de la Araucanía) –una zona que no había sido abordada como foco investigativo de la fonética/fonología previamente–, y en establecer un perfil fonético-fonológico para el cordón cordillerano de habla pewenche. Esto permitió visualizar diferencias existentes con otras variedades como las de Alto Bío-Bío, Lonquimay y Curarrehue. Concretamente, Paulina Urrea señala que “se pudo constatar claramente, por ejemplo, que algunas consonantes van perdiendo su sonoridad en el eje geográfico norte-sur. Es el caso, entre muchos otros, de la palabra ‘culebra’ que es pronunciada mayoritariamente como ‘vilu’ en Alto Bío-Bío y Lonquimay, mientras que en Icalma y Curarrehue la pronunciación mayoritaria es ‘filu’”. Con ello, además, se pudo relevar que el pewenche no es una variedad homogénea del mapudungun, como se ha sugerido por algún sector de la literatura especializada.

Finalmente, en un punto sensible, Paulina Urrea enfatiza que la motivación mayor para realizar su trabajo es el conocimiento más acabado de la lengua y de sus hablantes. Y añade que esto es percibido por los colaboradores, quienes suelen reprochar el hecho de que algunos investigadores se valen de sus conocimientos para desplegar sus proyectos, publicaciones, etc. y no retribuyen, ni siquiera de manera simbólica, a las comunidades que les proveyeron sus datos. Evidentemente, como investigadora mapuche está particularmente atenta a este aspecto y llama a los investigadores no mapuche a estarlo también.

Gastón Salamanca: Sostiene que “dado que, por acción u omisión, histórica y actual, hemos contribuido al desplazamiento de las lenguas originarias, también con acción (procurando conocer más sobre ellas, por ejemplo) u omisión (omitiendo y, mejor aún, erradicando los prejuicios que sobre ellas existen, por ejemplo), podemos contribuir a su valorización y mantenimiento”.

Gabriel Llanquinao: Destaca que “se debe comprender que el proceso de revitalización de las lenguas originarias se debe asentar sobre la emergencia de nociones propias de revitalización, tales como newenyegetual mapun kewünh (darle nuevamente fuerza a la lengua mapuche) y amulgetual (favorecer su proyección y desarrollo)”.

Paulina Urrea Ancanao: Al referirse a la importancia del estudio sistemático del mapudungun, releva que “tenemos una responsabilidad para con la lengua que es o fue de nuestros padres y madres, abuelos y abuelas, con todo el valor afectivo que ello conlleva; pero, junto con ello, también creo que debemos asumir con convicción que la academia es un espacio donde podemos cultivar las competencias para acercarnos al conocimiento intelectualizado de nuestra lengua”.

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