
Las soluciones de corto plazo deben ir en sintonía con aquello: la pronta ejecución. Pues no es posible que estos niños y niñas pierdan clases o bien se arriesguen a continuar en condiciones no aptas.
El bienestar de los estudiantes es un asunto primordial de toda sociedad y desde ahí que la educación en sectores rurales toma más relevancia. Por eso es que la situación de la escuela destruida por un incendio en Florida es sumamente delicada.
Tres son los recintos educacionales que conforman la lista de opciones para reubicar a los 8 estudiantes de la Escuela del sector Quebrada Las Ulloa. Así lo dio a conocer el Servicio Local de Educación (Slep) Andalién-Sur. De acuerdo al organismo se baraja, como medida más inmediata y de corto plazo, para que los estudiantes no pierdan clases, el traslado al Liceo Copiulemu, la Escuela México de Aguas de la Gloria y la Escuela Cancha-Los Monteros, los cuales son los centro educativos más cercanos.
Además, desde la comunidad se han levantado propuestas para ofrecer espacios temporales, donde tanto la Junta de Vecinos del sector como la Parroquia han ofrecido sus instalaciones para continuar las actividades escolares mientras se concreta una solución formal.
Gonzalo Araneda, director del SLEP Andalién-Sur, señaló que “lamentamos profundamente lo ocurrido y entregamos toda nuestra solidaridad a la comunidad educativa. Estamos en contacto con cada uno de los apoderados para definir las mejores alternativas disponibles”.
Sobre la primera medida de derivar de manera provisoria a los 8 estudiantes a alguna escuela cercana, lo que también significa un apoyo en el traslado de estos, Araneda explicó que “inicialmente, lo más a mano son establecimientos que hoy están en funcionamiento. Hay un análisis técnico en curso para habilitar espacios cumpliendo con todos los requisitos ministeriales. Lo más rápido y viable, en este caso, es garantizar transporte y condiciones dignas para la reubicación temporal”.
Para el alcalde de Florida, Rodrigo Montero, el incendio representa una pérdida mayor no sólo en términos materiales, sino también simbólicos.
“Es una pérdida significativa, un patrimonio para la comunidad. Muchos adultos de hoy se educaron en esta escuela, y ahora ocho niños quedan sin su lugar de estudio. Es una pérdida”, expresó el jefe comunal.
Las soluciones de corto plazo deben ir en sintonía con aquello: la pronta ejecución. Pues no es posible que estos niños y niñas pierdan clases o bien se arriesguen a continuar en condiciones no aptas como espacios fríos o no contemplados para la enseñanza.