El pasado 23 de abril se conmemoró nuevamente el Día Internacional del Libro. Una fecha establecida por la Unesco con la finalidad de fomentar la lectura y destacar la importancia de los libros y sus autores. Además, se escogió de forma especial, pues un 23 de abril fallecieron Miguel de Cervantes, William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega.

La lectura forma parte de la vida de una persona, de forma voluntaria y también obligatoria. Leer es parte de la acción cotidiana prácticamente de cada individuo, y en ese sentido es importante fomentar hábitos lectores en la población. Y en Chile, quizás eso cobra una mayor relevancia tomando en cuenta algunos estudios que establecen que la ciudadanía, más allá de leer o no, en un alto porcentaje no comprende de buena manera un texto.

El informe Piaac (Programme for the International Assessment of Adult Competencies) es una evaluación internacional llevada a cabo por la Ocde, que se centra en tres puntos principales: lectura, matemáticas y resolución adaptativa de problemas. Chile ocupó el último lugar en comprensión lectora y los otros dos ítems, con una importante brecha respecto al promedio de los países evaluados y un mayor respecto de los líderes en estas áreas, como Japón y Finlandia.

El estudio, que evaluó a personas de entre 16 y 65 años, estableció que un 44% de los chilenos tiene competencias insuficientes en tres áreas claves como comprensión lectora, matemáticas y resolución de problemas, cifra muy por arriba del 20% promedio que ostentan el resto de los países de la Ocde. Y en el ámbito específico de la comprensión lectora, los chilenos obtuvieron un promedio de 218 puntos sobre 500. La media se situó en 260 puntos y Finlandia, el mejor evaluado, obtuvo 296.

Una encuesta de hábitos lectores realizada por Corpa, empresa dedicada a la investigación de mercado, en enero de 2025 reveló que un 38% afirma que lee todos los días, 51% dice que lo hace entre uno y seis días a la semana y solo 11% declara que “no lee” por gusto.

Si se toma en cuenta el último sondeo, se puede establecer que mucha gente lee en el país. El último Estudio de Comportamiento Lector, realizado a través del entonces Consejo de Cultura, situaba a la lectura como la séptima actividad que las personas preferían para sus tiempos de ocio, y un 48% decía que leía por lo menos 15 a minutos por día. Por ello, el trabajo, junto con intensificar la formación de un hábito lector, debe apuntar a que la ciudadanía sea capaz de entender lo que lee, sobre todo en la infancia y adolescencia.