Los peligros y riesgos están por todas partes. La regulación es extremadamente necesaria y el poner un atajo debe ser inmediato.
Los peligros y riesgos están por todas partes. La regulación es extremadamente necesaria y el poner un atajo debe ser inmediato.
En el Gran Concepción existe una preocupación que es lógica. En el último tiempo los cementerios irregulares de mascotas se han popularizado ampliamente sumándose al espacio que comenzó a formarse alrededor de 2014 en Bosque Mar de San Pedro de la Paz, otro en caleta Lenga (Hualpén) y en el Parque Tumbes de Talcahuano, por nombrar sólo algunos.
En sitios como éstos, han ocurrido casos de inhumación ilegal de humanos, como el lamentable hecho que se dio a inicios de marzo en el cementerio del Parque Tumbes, por parte de la madre de un recién nacido. Y nacionalmente fue conocido el caso de tres cuerpos humanos encontrados en vehículos al interior de un terreno de las mismas características en Iquique. Debido a estas situaciones ya se han levantado voces solicitando normativas al respecto.
Por ahora estos espacios no cuentan con autorización expresa, así lo plantearon desde la Seremi de Salud del Biobío. “En la actualidad no existe la figura normativa para cementerios de animales o similar, por lo tanto tampoco hay autorización sanitaria”, explicaron desde el organismo.
Y en cuanto a los problemas que podrían generar, detallaron que “dependiendo de las características del terreno o sustrato donde se generen las inhumaciones de animales, desde la presencia de vectores interés sanitario, hasta eventuales contaminaciones de fuentes de aguas abiertas o de napas subterráneas”. Además de la eventual percepción de olores molestos propios de los procesos de descomposición.
El académico y director del Hospital Clínico de Veterinaria UdeC, Campus Chillán, Sergio Cofré, señaló que claramente debería regularse el manejo de los cementerios de mascotas.
“En cuanto a los riesgos, habitualmente, si es que se hacen inhumaciones con ningún tipo de precaución, se podrían contaminar napas subterráneas. Si la causal de muerte es un agente infeccioso, podría generar una diseminación de estos agentes a través del agua”, estableció.
Vale decir: los peligros y riesgos están por todas partes. La regulación es extremadamente necesaria y el poner un atajo debe ser inmediato.