El 16 de abril de 2020 se publicó en el Diario Oficial la resolución del Ministerio de Salud que estableció la obligatoriedad del uso de la mascarilla para enfrentar la crisis sanitaria derivada de la pandemia por Covid-19.
A dos años y cinco meses de impuesta la medida sanitaria, con la efectividad que todos conocimos, el mismo Minsal anunció ayer el fin de la obligatoriedad de la mascarilla.
“Se mantendrá uso obligatorio para consultantes de establecimientos de salud de cualquier tipo y para quienes acudan a un centro de salud. Se recomienda mantener su uso en personas que cursen síntomas respiratorios; en visitas a centros de larga estadía; y transportes colectivos, públicos y privados”, dice el “Apertura Plan Seguimos Cuidándonos”, oficializado ayer por el Gobierno, en relación con la utilización de mascarillas a partir del 1 de octubre, cuando las nuevas directrices entran en vigencia.
Junto a la eliminación de la restricción anterior, también se anunció la descontinuación de la exigencia del Pase de Movilidad y la eliminación de los aforos. Entre los argumentos, se detalló que la tasa de contagios en los últimos 7 días ha bajado 32,6% y en los últimos 6 meses, ha disminuido un 77%. También, la positividad se mantiene bajo el 10% durante los últimos 12 días. A lo anterior, se suma una disminución en la tasa de mortalidad que, en los últimos 30 días, alcanzó una tasa de 3,1 por 100.000 habitantes, descenso del 81% desde marzo, cuando fue de 16,3 por cien mil. Una baja tasa de hospitalización en las Unidades de Cuidados Intensivos y un constante descenso del uso de camas críticas desde el mes de mayo. Sin embargo, tal como señaló la Organización Mundial de la Salud, pese a que se avizora el fin de la pandemia, aún no ha terminado y tenemos, a nivel personal, la opción impostergable de seguir cuidándonos. Es por ello que, pese a que no habrá medidas restrictivas -salvo el uso de mascarillas en recintos de salud-, si se mantienen recomendaciones en el uso de las mismas en caso de presentar síntomas asociados a la enfermedad, si vamos de visita a centros de larga estadía -hogares de adultos mayores-, o nos trasladamos en un transporte público o privado.
Nuestra obligación es seguir cuidándonos. Aunque no haya un deber impuesto y con más de dos años de aprendizaje, sabemos cómo hacerlo.