Editorial

Hipotecarios: entre pandemia y vaivenes de ciclos económicos

La intervención en materia de política fiscal y créditos blandos puede ser una alternativa de apoyo a las familias que buscan cumplir con el sueño de comprarse una vivienda.

Por: Editorial Diario Concepción 20 de Junio 2022
Fotografía: Archivo | Diario Concepción

En el mundo financiero se ha repetido como un mantra: Los tiempos del dinero barato se han terminado. No es una realidad exclusiva a Chile, sino que presente en casi todos los países occidentales, y la más reciente alza de la tasa de interés anunciada por la Federal Reserve ha confirmado el endurecimiento de la banca en sus políticas para entrega de financiamiento. El Banco Central de Chile mantuvo la Tasa de Política Monetaria en su mínimo técnico de 0,5% desde marzo de 2020 hasta mediados de 2021, cuando entonces inició un proceso alcista que ha culminado con los actuales 9%. Esa es la tasa de interés referencial para el mercado y que en la práctica significa una sola cosa: está mucho más caro endeudarse hoy que en junio de 2021. Una vivienda de 4 mil UF al día de hoy está, en promedio, 17 millones más cara que hace 12 meses.

Los costos de los créditos hipotecarios han llegado a sus cifras más altas en casi 10 años. De hecho, las tasas de hipotecarios acumularon 12 meses de incrementos consecutivos. Además de dividendos más altos generados por tasas más caras, la banca prácticamente ha desterrado los préstamos a 30 años, a la vez que otorga créditos con tasa variable. Comprar una vivienda tiene mayor costo y debe ser pagada en menor tiempo.

Ese escenario se ha reflejado en una menor demanda por hipotecarios, según los registros de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras, como también en otros formatos crediticios. Altas tasas repercuten en el consumo, y en el caso de los hipotecarios impactan en los sectores construcción e inmobiliario. Como importantes motores económicos, estos impactos en construcción e inmobiliario se traspasan en una cadena de proveedores, insumos, servicios y empleos. Es una historia de nunca acabar: El país pasó por desaceleración económica y recesión técnica registradas en los peores momentos de la pandemia al sobrecalentamiento inflacionista, y por ello fue necesario retirar los estímulos monetarios. Controlar la inflación es la prioridad del Banco Central y su mejor herramienta es la fijación de la Tasa de Política Monetaria. Así, el escenario actual tiene el potencial de frenar otra vez la actividad económica, por vías de aumentos de las tasas de interés y de precios.

La intervención en materia de política fiscal y créditos blandos puede ser una alternativa de apoyo a las familias que buscan cumplir con el sueño de comprarse una vivienda. Por parte de la banca, la realidad ha revelado una baja disposición para asumir riesgos. Sin embargo, superar los impactos que la crisis sanitaria ha generado en la economía requiere un esfuerzo de todos los actores del mercado.

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