A nivel local, el desgaste que provocan los desplazamientos entre el hogar y el trabajo, que por la gran congestión en buena parte del Gran Concepción hace que algunas personas demoren hasta una hora y media en ese proyecto, sin dudas perjudica la buena utilización de los tiempos de ocio disponible.
El pasado 6 de abril se conmemoró el Día Mundial de la Actividad Física, iniciativa impulsada por la Organización Mundial de la Salud y que busca reconocer la importancia del ejercicio para el bienestar humano. Y más aún en el escenario de pandemia que se ha vivido en los últimos años, donde buena parte de la población dejó de lado sus rutinas físicas, y quienes ya eran sedentarios seguramente acrecentaron su inactividad.
Según la última Encuesta Nacional de Salud, Chile se ubica como el país con mayor índice de sobrepeso de la Ocde, superando a México (72,5%) y Estados Unidos (71%), con un 74,2%. Además, el 86,7% de los chilenos se declara sedentario según el mismo estudio, situación que en pandemia ha empeorado.
En ese sentido, la tendencia también es preocupante en las edades más tempranas. El Mapa Nutricional de la Junaeb 2020 reveló un “aumento sin precedentes de la obesidad, especialmente la obesidad severa”. La tasa de prevalencia de malnutrición por exceso respecto al año anterior aumentó alcanzando un 54% de la población pediátrica. Además, marcó que un 12% de los niños de pre kínder, un 11% de kínder y un 10% en primero básico tienen un exceso de peso mayor a tres desviaciones estándar del peso que corresponde para su edad. Si eso se extrapolara a la población infantil de todo el país, aproximadamente 200.000 niños y niñas tendrían obesidad severa.
Por ello, se hace urgente tratar de incluir la actividad física en la rutina diaria de la población. A nivel local, el desgaste que provocan los desplazamientos entre el hogar y el trabajo, que por la gran congestión en buena parte del Gran Concepción hace que algunas personas demoren hasta una hora y media en ese proyecto, sin dudas perjudica la buena utilización de los tiempos de ocio disponible.
En el caso de los menores, se debe reforzar la importancia de las horas de educación física en los colegios, y que empiecen a retomarse las actividades extraprogramátricas. Y para los más adultos, partir, por ejemplo, con pausas activas en el lugar de trabajo, lo que también ayuda a la activación. Tener el hábito del ejercicio no sólo es necesario por un tema de salud, sino también porque ayuda a prevenir enfermedades y beneficia de gran manera a la calidad de vida y el bienestar general.