Las designaciones tienen incidencia en cómo la Región enfrentará su agenda de proyectos, en cómo se definirán las prioridades y, por ende, en las iniciativas que recibirán financiamiento.
Tras una semana de intenso trabajo, diálogos y averiguaciones, el Gobierno ha anunciado los nombres de los titulares en Biobío para las Secretarías Regionales Ministeriales. Las confirmaciones en cada cartera terminan con un período de especulaciones e incertidumbre respecto a quiénes estarán a cargo de implementar las políticas públicas demandadas por la Región. Si bien falta la confirmación de nombres para algunas carteras y hay cuestionamientos a titulares recién anunciados, un debate tan recurrente como natural que suele aparecer cuando se anuncian nuevas autoridades, lo cierto es que se ha delineado la conformación del gabinete regional.
La definición de las comisiones al interior del Consejo Regional apuntan en la misma dirección. Las diferencias en la instancia han postergado el nombramiento de las presidencias, pero todo podría zanjarse el próximo martes 5. Estas materias pueden sonar como decisiones técnicas o de disputa política y que no capturan mayor interés de la ciudadanía. Pero estas decisiones en las comisiones del Core tienen incidencia en cómo la Región enfrentará su agenda de proyectos, en cómo se definirán las prioridades y, por ende, en las iniciativas que recibirán financiamiento.
Ese es el nudo de todo debate sobre confirmación de cargos y nuevas autoridades. Porque tiene resonancia en la agenda de Biobío, en materias decisivas y urgentes, como la congestión vehicular, el transporte público, la infraestructura vial, las demandas medioambientales, de género, salud, vivienda, seguridad, educación, entre otras. Son iniciativas que dependen de recursos cuya asignación dependía de oficinas en Santiago y que no tomaban muy en cuenta la opinión de las regiones. De hecho, el recorte de 40% en el presupuesto regional se convirtió en tendencia en los últimos años.
La Región necesita de un nuevo empujón para que los años no sigan pasando con tareas pendientes. El ímpetu que se necesita para abordar una región con gran potencial, con inmenso desarrollo logístico y vial, con capital humano, con más de 100 mil empresas de todos los tamaños, recursos naturales, potencial energético y otras características envidiables. En simples, una unidad de propósitos para interceder por Biobío.