Está demostrado que la educación de calidad está muy vinculada con el acceso al aprendizaje, como también con ambientes de estudio libres de acoso, agresiones, malos tratos y cualquier otro tipo de violencia. Es decir, en el proceso educacional es clave gestionar la convivencia escolar.
Recientes hechos de violencia en algunos colegios de la Región del Biobío evidenciaron situaciones graves de acoso, agresiones físicas y diferentes modalidades de instigación a violencia a través de plataformas digitales.
Las distintas formas de violencia y acoso escolar no son una novedad en este regreso a la presencialidad. Diversos estudios a lo largo de los años han demostrado que más bien se trata de un problema con antigüedad. Un ejemplo es el sondeo realizado por el Injuv en 2017, y cuyos resultados señalaron que el 85% de los jóvenes chilenos entrevistados declaraba haber visto o escuchado algún episodio de agresión o acoso en su lugar de estudio. Otras investigaciones han demostrado que las y los estudiantes asisten de mejor manera a clases cuando hay un ambiente de buenas relaciones humanas y con buen clima de curso.
La violencia escolar es el aspecto más grave que afecta a la convivencia y al proceso para una educación de calidad, pero hay otros problemas adicionales. El doctor en Educación, Óscar Nail, precisó otros tres flagelos en un reportaje publicado por este medio en la edición de domingo: los conflictos escolares, la interrupción de las clases y la indisciplina. Un mejor aprendizaje, explicó el investigador, ocurre cuando las y los estudiantes “están en mejores condiciones socioemocionales para aprender”: se llevan bien con el profesorado, “tienen la capacidad de preguntar, no se sienten discriminados en el establecimiento, se sienten escuchados, acogidos y valorados”.
En síntesis, el regreso a la presencialidad en medio a la pandemia plantea retos importantes para los sistemas educativos, y estos retos deberán abordarse de manera articulada entre diferentes actores involucrados. Mientras tanto, hay iniciativas que buscan enfrentar de manera inmediata los síntomas más evidente de los problemas de convivencia escolar. Existen plataformas virtuales que entregan recursos didácticos gratuitos sobre la sana convivencia escolar. Está más que demostrado que la educación de calidad está muy vinculada con el acceso al aprendizaje, pero también debe acompañarse de programas y ambientes de estudio libres de acoso, agresiones, malos tratos y cualquier otro tipo de violencia. Es decir, en el proceso educacional es clave gestionar la convivencia escolar.