Editorial

Acortar las brechas digitales

Existen muchas brechas digitales que van desde el acceso a tecnologías y nuevos dispositivos hasta el desarrollo de habilidades digitales. El factor económico también es relevante, dado que familias de hogares más pobres tienen más probabilidades de ser excluidas digitalmente.

Por: Editorial Diario Concepción 30 de Diciembre 2021
Fotografía: Archivo.

Por error o por una equivocada costumbre, la “brecha digital” suele ser entendida como algo que afecta a las personas que crecieron en un mundo pre-digital y a aquellas que viven en lugares sin conexión o con mala conexión a internet. Pero la realidad es que el concepto abarca más que eso, e incluye el contexto social, el mundo del trabajo y educacional, entre otras áreas. Es decir, existen muchas brechas digitales que van desde el acceso a tecnologías y dispositivos hasta las habilidades digitales. El factor económico también es relevante, dado que familias de hogares más pobres tienen más probabilidades de ser excluidas digitalmente.

La pandemia hizo esa realidad más evidente. La emergencia sanitaria obligó a quedarse en casa y la educación virtual hizo que un porcentaje importante de estudiantes viera dificultado o imposibilitado su acceso por no disponer de equipos tecnológicos o conexión a Internet. De hecho, el 15% de los establecimientos educacionales de Biobío tuvieron problemas de conectividad, hecho que impactó en el aprendizaje de alumnas y alumnos.

En ciertos segmentos de la población existe una verdadera brecha digital. Entre las poblaciones indígenas, y especialmente entre las mujeres, es una realidad ineludible. También entre las personas mayores, que se acercan a 3 millones de personas en Chile. Según estudios de Fundación País Digital, a nivel urbano, el número de usuarios de internet llega al 70% y en zonas rurales sólo al 42,4%. La brecha aumenta en relación a grupos etarios: en personas de entre 30-34 años llega al 85%, entre quienes tienen 65-69 años llega sólo al 27%.

Se han impulsado diferentes campañas orientadas a una nueva alfabetización, es decir, a las habilidades que consisten en la capacidad para localizar, organizar, entender, evaluar y analizar información utilizando tecnología digital. Trabajar en esa realidad digital no es una habilidad optativa, sino profundamente relevante para las demandas del mundo de hoy y para el futuro inmediato. La digitalización de la sociedad es un hecho innegable con impactos en infinitas posibilidades de la vida diaria. Las brechas digitales pueden resultar, a corto plazo, significativamente invalidantes para quienes padecen esa condición y el país tiene el deber de eliminar o al menos reducir estas asimetrías.

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