Durante el fin de semana, la provincia de Concepción debió lamentar la muerte de otro de sus hijos, el ciclista Pablo Rodríguez, 29 años, quien era además un reconocido activista LGBTIQ+ de Talcahuano y la Región. En condiciones que aún están siendo investigadas, el joven fue arrollado por un taxibus de la línea Las Galaxias, que presumiblemente circulaba a exceso de velocidad. El hecho se produjo en Avenida Colón, justo en el cruce Los Cóndores de la comuna puerto.
Por la gravedad de sus lesiones, y pese al rápido auxilio prestado por Bomberos y el Samu, el joven falleció en el Hospital Las Higueras de Talcahuano.
En el transcurso de la tarde de ayer, un importante grupo de ciclistas acompañó a Pablo en su funeral, mientras una serie de iniciativas se multiplicaron en redes sociales con la leyenda “No más ciclistas muertos” y “#JusticiaParaPablo”.
El lamentable hecho, que como está dicho, está siendo investigado, debiera llevarnos a reflexionar y quizás también a preguntarnos que estamos haciendo mal desde el punto de vista vial. Lo anterior, independiente del rol que estemos cumpliendo, ya sea como conductor, ciclista o peatón.
Desde hace años, y no sólo con el llegada de la pandemia, la Región del Biobío en general y la provincia de Concepción en particular, ha experimentado importantes cambios viales, como el explosivo aumento del parque automotor, que ha derivado no solo en problemas de congestión, sino también en la decisión de algunos ciudadanos y ciudadanas de utilizar la bicicleta como medio de transporte, o simplemente, caminar.
Las autoridades han sido generosas, en ese sentido, habilitando ciclovías en lugares insospechados hace unos años. Más allá de los pros y contras, es un hecho que también está la inconsciencia ciudadana que prefiere cruzar calles en lugares sin demarcación, conductores de microbuses deteniendo sus máquinas lejos de los paraderos, muchas veces en medio de una ciclovía, y ciclistas pedaleando a gran velocidad por las veredas.
En esto no se trata de buenos o malos. Hay conductores, ciclistas y peatones respetuosos, pero también hay quienes no tienen ningún tipo de consideración. Cada uno sabe a qué grupo representa y está en cada uno cambiar ciertas conductas o mantenerlas.