Editorial

Gabriela Mistral y una huella imborrable

Su legado va más allá de las letras, donde fue una figura reconocida a nivel mundial. Además, marcó gran influencia en el activismo social y en la educación chilena.

Por: Editorial Diario Concepción 14 de Diciembre 2021
Fotografía: Contexto

El pasado 10 de diciembre se conmemoró un nuevo aniversario desde que Gabriela Mistral recibió el Premio Nobel de Literatura. En 1945, en Estocolmo, la destacada escritora nacional recibió el galardón del Rey Gustavo. Como parte de su discurso, dijo lo siguiente: “Por una venturanza que me sobrepasa, soy en este momento la voz directa de los poetas de mi raza y la indirecta de las muy nobles lenguas española y portuguesa. Ambas se alegran de haber sido invitadas al convivió de la vida nórdica, toda ella asistida por su folklore y su poesía milenarias”.

Cuando se le otorgó el reconocimiento, Hjalmar Gullberg, secretario de la academia sueca, señaló en su discurso que “Gabriela Mistral proyectó su amor maternal sobre los niños a los cuales instruía”.Más allá de lo que fue su prolífica y exitosa trayectoria como escritora, lo cierto es que su huella y legado permanece muy vigente hasta el día de hoy y no sólo en el ámbito de las letras, donde fue una figura consular. Tuvo una tremenda influencia, por ejemplo, en el activismo social y en la educación chilena.

Sus textos hoy son obligatorios en muchos de los sistemas educacionales de Latinoamérica. Mientras que en Chile, existe la Orden al Mérito Docente Gabriela Mistral, precisamente para honrar a esta abnegada profesora, y muchos reconocen el Día del Maestro como el 10 de diciembre, cuando fue reconocida con el Nobel. Además, aportó una mirada inclusiva, adelantada para sus tiempos, impulsando la necesidad en Chile para la existencia de una educación gratuita y de calidad.

Defensora de los derechos de la mujer, los niños, y los indígenas, fue una activista social poderosa, y junto a figura s como la pintora mexicana Frida Kahlo y la poeta uruguaya Juana de Ibarbourou, lideró a una generación de artistas latinoamericanas imprescindibles en la reivindicación de los derechos de la mujer en la región.

A lo largo de su vida, la escritora abordó el rol de la mujer o la diversidad sexual, con un enfoque entre lo tradicional y lo progresista, y mostró su preocupación por la equidad y paridad de contenidos educativos entre niñas y niños. Además, defendió incansablemente a los profesores, el magisterio y la educación en general. Para ella, los maestros debían siempre “mostrar las bellezas y miserias de su escuela, para crear lenta pero seguramente, la simpatía de la ciudad hacia ella, ya que solo conocer conduce a amar”.

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