Se habla de una epidemia dentro de la pandemia. Una que es más antigua, que amenaza con ser devastadora para Chile en los próximos 10 años puesto que alcanzará a una de cada cuatro personas.
Se habla de una epidemia dentro de la pandemia. Una que es más antigua, que amenaza con ser devastadora para Chile en los próximos 10 años puesto que alcanzará a 1 de cada 4 personas y que exigirá un gasto fiscal de 7 mil millones de dólares. Los índices de obesidad, tal como se ha dicho tantas veces, crece sin interrupción y su impacto será inmenso en la salud de la población y también en la economía nacional.
El asunto está muy lejos de ser un problema de los hogares: es una materia de salud pública. Hasta 2021, los datos publicados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ubicaban a Chile entre los 10 países con mayor obesidad y sobrepeso. De acuerdo al último informe, el 74,2% de los chilenos tienen sobrepeso u obesidad. Chile se transformó este año, por primera vez, en el país con más sobrepeso y obesidad entre los miembros del foro. Incluso superó a México (72,5%) y a Estados Unidos (71%). Ello debido a problemas de malnutrición por exceso, es decir, por alimentación inadecuada.
Es por ello que tramitan varias proyectos en Chile que buscan, entre otras iniciativas relacionadas, establecer la obesidad como una enfermedad crónica, y con ello una Política Nacional de Alimentación Saludable y la Prevención de la Obesidad, la cual deberá ser elaborada e implementada por el Ministerio de Salud. Una ley de esa naturaleza permitiría al país la regulación de los alimentos procesados, la prevención y control de sobrepeso y obesidad, como también una vigilancia epidemiológica y estrategias de cobertura y financiamiento para el tratamiento del sobrepeso y obesidad. Es decir, se hace un reconocimiento institucional de la enfermedad. Al convertirse en enfermedad crónica, se incorpora en el GES, por ejemplo.
La obesidad es considerada como una epidemia mundial en adultos, niños, niñas y adolescentes. Estudios recientes realizados en distintos países de Latinoamérica muestran que el 5 a 10% de niños y niñas en edad escolar sufren obesidad, y en los adolescentes la proporción aumenta hasta cifras de 10 a 20%. Con estos antecedentes, es necesario tomar medidas que apunten a abordar el tema de manera integral.