La semana que ya termina estuvo particularmente movida. Y no es de extrañar, considerando que estamos a semanas de un nuevo proceso eleccionario, donde se renovará buena parte del Congreso y los nuevos consejeros regionales asumirán bajo una administración regional.
Junto con ello, la ciudadanía definirá al próximo Presidente de la República, uno o una que deberá tomar la posta luego de tres años marcados por el estallido social y la pandemia, pero que tendrá que acompañar los cambios institucionales que serán fruto del debate en la Convención Constitucional.
Pero particularmente la Región esta semana también estuvo marcada por incidentes en la provincia de Arauco y un evento donde una vez más en la zona, y cuatro de los siete candidatos a La Moneda, volvieron a hablar de descentralización. Ambos temas también se cruzaron en medio de un debate de los postulantes.
La lamentable muerte de un comunero en Cañete, que está siendo investigada por un fiscal especialista en Derechos Humanos por eventual abuso de agentes del Estado, volvió a poner en tela de juicio la aplicación de Estado de Excepción Constitucional, medida que el Ejecutivo busca extender y, de seguro, marcará el debate político de los próximos días. Tras dos períodos de aplicación, de parte del Presidente de la República, ahora es el Congreso el que debe definir una eventual prórroga. A la fecha, parece no haber consenso.
No obstante, lo que sí llama la atención es la cantidad de opiniones coincidentes de representantes políticos que siempre están en veredas opuestas. En la denominada Cumbre de las Regiones, organizada por Corbiobío, todas las cartas a La Moneda hablaron de lo importante de quitarle poder al centro, de fortalecer las regiones, de entregar mayores recursos… En definitiva, consolidar un proceso descentralizador del que se viene hablando por años. Sobre los hechos en Arauco, al menos en un grupo y con matices, también hay coincidencias. Se condena la violencia, pero se reconoce lo deficitario de un territorio que ha debido convivir con la pobreza y el derecho de un pueblo a vivir de acuerdo a su propia cosmovisión, sin ideas de chilenización. La política tiene que hacer su trabajo, se ha dicho. Entonces, ¿quién está dispuesto a dar el primer paso en vías de una solución?