Estamos en un período importante para las regiones, para que todo el debate en torno a la descentralización se traduzca en algo más que buenas intenciones.
Este jueves 4 y viernes 5, de manera híbrida, se realizará un nueva versión de la Cumbre de las Regiones, una instancia que agrupa a organizaciones regionalistas que por años han luchado por terminar con el marcado centralismo que opera en nuestro país, tanto a nivel nacional como regional. Entre ellas se encuentra Corbiobío, la anfitriona de esta oportunidad.
La segunda versión del evento, que se realizará en la provincia de Concepción, puede ser la oportunidad para terminar de instalar una idea que, durante años, busca el crecimiento equitativo de cada uno de los territorios.
Y, claro, el momento es propicio, no solo porque estamos viviendo los primeros meses de un cambio en las administraciones regionales (que puede tener sus baches, pero que definitivamente ha cambiado el paradigma al que estábamos acostumbrados desde el retorno de la democracia), sino también pensando en las elecciones de noviembre y, sobre todo, en la nueva carta fundamental.
Es por ello que el llamado de la corporación organizadora del evento, para que los que tengan espíritu regionalista puedan participar de la instancia, cobra relevancia. El presidente Corbiobío, Marcello Plaza, explicó que ya existe un documento que se viene trabajando hace tiempo con los gremios y universidades de la Región que son parte de la corporación. Sin embargo, agregó, es necesario converger con una propuesta que nazca de un grupo más amplio, el que participará de la Cumbre, ya sea de manera presencial en el Teatro de la Universidad de Concepción o vía remota.
Se espera, además, la participación de los candidatos presidenciales, postulantes que, por cierto, también han manifestado sus inquietudes descentralizadoras, en sus programas y/o propuestas de gobierno, o exponiendo sus ideas en eventos o en los medios de comunicación. Lo anterior, quizás, como pocas veces en los últimos 15 años.
Entonces, estamos en un período importante para las regiones, para que todo este debate se traduzca en algo más que buenas intenciones y discursos llenos de colorido. Aunque se piense lo contrario, la elección de los gobernadores no fue un comienzo, fue un cambio de dirección, de la cual no hay que desviarse. Experiencias anteriores ya hubo y en el actual escenario no deberíamos volver a repetir esos errores.