Fue necesario abrir la billetera fiscal para enfrentar una de las peores crisis de los últimos 100 años. Por fortuna, el precio del cobre en alza incrementa la recaudación para las arcas del Estado.
En medio a una pandemia que ha generado efectos devastadores en la economía mundial, al fin una buena noticia para Chile: el precio del cobre llegó a niveles históricos y con ello Codelco — la estatal que es la mayor productora mundial del metal — reporta para el país excedentes también históricos. Entre enero y septiembre de este año la minera registró US$5.249 millones en beneficios, mientras que en 2020 la cifra fue de US$1.124 millones. Es decir, se generó más de un 350% adicionales de excedentes que en el mismo período del año pasado.
El precio del cobre en alza incrementa la recaudación fiscal, además de presionar el dólar hacia abajo e impulsa la recuperación económica. Si bien hubo enormes progresos en otras áreas del desarrollo productivo, el cobre sigue siendo muy importante para estabilidad económica nacional. Al elaborar el presupuesto, el Ministerio de Hacienda estimó un precio spot del cobre de 2,88 dólares para 2021. Con el superávit (precio promedio llega a inéditos US$ 4,18 en lo que va del año) las arcas fiscales tendrán recursos por sobre lo esperado.
Y por tratarse de un material empleado en una infinidad de procesos industriales, desde lo más simples a la tecnología más avanzada, el cobre también es señalado por especialistas como un indicador confiable de la actividad económica mundial.
La mejor recaudación para el erario encuentra al país en una situación de crisis sanitaria con impactos en todos los ámbitos. Fue necesario abrir la billetera fiscal para enfrentar una de las peores crisis de los últimos 100 años, que impactó en la caída del PIB, cierre de empresas, aumento de la desocupación y de los niveles de pobreza. El resultado del buen precio del metal debe ser asignado a enfrentar las necesidades actuales, qué duda cabe. Pero también se debe invertir con visión a largo plazo, en una agenda que contemple la investigación, la innovación y el desarrollo de tecnología nacional.
De no avanzar en esa dirección, es probable que las mineras en general — y Codelco en lo específico — seguirán cuestionadas en una trampa ambiental, dado el uso intensivo de recursos naturales en un contexto de cambio climático. Además, en una trampa de productividad, dada la dependencia de la especialización primaria exportadora.