La medalla del deportista, que sufre de una enfermedad sin cura y que le resta capacidad física, hace que el país dirija su mirada hacia las capacidades de una persona, y no a su discapacidad.
Todo Chile celebra la medalla de oro en natación que ha logrado Alberto Abarza en los Juegos Paralímpicos de Tokio. El nadador se impuso en los 100 metros espalda, confirmando el favoritismo obtenido con las conquistas de otros torneos, como el Mundial de Londres 2019 (una medalla de plata y un bronce) y en los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019 (tres medallas de oro). Sin duda, un logro notable.
En primer lugar, porque la realidad de los deportistas no guarda relación con la importancia de sus actividades. Los deportistas entregan ejemplos de vida sana e inculcan valores tales como el trabajo en equipo, la recompensa al esfuerzo, la realización de los sueños. En los eventos internacionales son embajadores de la cultura, historia y de nuestro patrimonio como sociedad. Pese a lo anterior y a los ejemplos de esfuerzo personal y familiar, el apoyo al deporte en Chile tiene un largo camino a ser recorrido para compararse con naciones que entienden la importancia de valorar a los deportistas como profesionales del deporte y no como objetos de beneficencia.
El logro de Alberto Abarza tiene, además, otro componente que debe ser tomado en cuenta. Es una victoria de una persona que sufre del síndrome de Charcot-Marie-Tooth, enfermedad degenerativa que provoca incapacidad progresiva para moverse, problemas de equilibrio y ortopédicos, disminución progresiva para usar las manos y brazos, entre otros efectos.
La medalla del deportista, que sufre de una enfermedad sin cura y que le resta capacidad física, hace que el país dirija su mirada hacia las capacidades de una persona y no a su discapacidad. También nos hace a todos recordar que hay que avanzar en accesibilidad, en la participación plena de las personas con discapacidad y en la eliminación de la discriminación, la explotación y el abuso hacia niños, niñas, adolescentes y adultos mayores con discapacidad.
El logro de Alberto Abarza en natación paralímpica es una respuesta a ideas preconcebidas hacia personas con discapacidad. Para que el país deje atrás los estereotipos y la discriminación a personas, ya sea por su condición socioeconómica, de género, étnica, capacidades físicas u otras.