Chile se alza entre los países de mayor proyección en energías renovables. Podría llegar a 2040 entre los primeros exportadores de hidrógeno verde: el llamado “combustible del futuro”.
Hace menos de una semana, Chile fue el anfitrión de la cumbre internacional de energías limpias, uno de los encuentros más importantes en este ámbito y que congregó a líderes y observadores de instituciones de todo el mundo. Dada la crisis sanitaria, el evento se realizó a través de teleconferencias, lo que probablemente restó visibilidad en los medios.
De hecho, el formato virtual le entregó al evento una amplitud impensada: participaron cerca de 150.000 personas de más de 100 países, con 380 oradores durante los 5 días. Chile apostó por un enfoque innovador, en un formato similar a una cumbre presencial, incluyendo un auditorio con charlas, reuniones en vivo y exposiciones. Fue una excelente oportunidad para mostrar las bondades del país, dado que la COP25, programada para 2019, no pudo ser realizada en Chile.
Pero, lo más importante: nos posicionamos como una de las naciones que han dedicado grandes esfuerzos en el proceso de transición para el uso de energías limpias. Por lo mismo, se anunció que junto a Australia, la Unión Europea y Reino Unido, Chile liderará la misión de generar hidrógeno limpio. Lo anterior como parte de la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, donde se proyecta que Chile produzca el hidrógeno verde más barato en 2030 y llegue a 2040 entre los primeros exportadores del llamado “combustible del futuro”, que reemplazaría a los combustibles fósiles en la producción de electricidad, en transporte y actividades mineras, entre otras. Si bien hay un camino por recorrer en materia de descarbonización y fortalecimiento de las ERNC, Chile se mueve en la dirección correcta.
Y así debe seguir. Con la pandemia mundial y las restricciones de movilidad hubo una caída histórica en el uso de combustibles fósiles. Basta recordar que en 2020 el precio del crudo llegó a cifras negativas.
Pero, los especialistas anticipan un “efecto rebote”, por lo cual el uso de energía no renovable se incrementará en cerca de un 5% en 2021. Como se ha visto, hay una tendencia de recuperación en las principales economías del mundo, lo que ha generado mayor presión por las distintas matrices energéticas. En ese panorama, Chile se alza entre los países de mayor proyección en energías renovables. Un liderazgo que debe mantener y fortalecer.