Editorial

La cuarentena eterna

Para muchos, la cuarentena puede ser percibida, efectivamente, como eterna. Es clave establecer un punto de inflexión en la pandemia, para así evitar las extensas restricciones y sus efectos económicos, políticos, sociales y anímicos en la población.

Por: Editorial Diario Concepción 11 de Abril 2021
Fotografía: Carolina Echagüe M.

En reciente visita a la región, la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, hizo mención a la “fatiga pandémica” que afecta la población. El concepto hace referencia al agotamiento generalizado ante las prolongadas medidas y restricciones provocadas por la crisis sanitaria.

La “fatiga pandémica” es señalada como la principal causa de la disminución de la percepción del riesgo, ha declarado la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cansadas por las prolongadas restricciones, agobiadas con la rutina implacable que impone la pandemia, las personas tienden a cuidarse menos, a relajar en el uso de mascarillas, a no respetar la cuarentena e incorporarse a celebraciones y eventos masivos. Es decir, se exponen más a las posibilidades de contagio.

Ha ocurrido en muchos países. Argentina, que contó con la cuarentena sin interrupción “más larga del mundo”, sufre hoy por la gran cantidad de infectados, muertes por millón de habitantes y nefastos efectos en la economía y mercado laboral. Un informe del Índice de Propensión al Riesgo en Salud (IPRIS), de la Fundación Bunge y Born, reveló notorios cambios en la población respecto a la posibilidad de contagio mientras pasaban los meses de la llamada “cuarentena eterna”. Luego de 9 meses de cuarentena, se detectó una mayor tendencia a salir de casa para trabajar, hacer ejercicio o pasear, visitar a familiares, amigos o pareja. La fatiga pandémica trae aparejada una disminución en la creencia de que es posible contagiarse. Además, hubo un incremento en la percepción de que el aislamiento obligatorio es una medida “autoritaria e innecesaria”.

Es complejo afirmar, con total seguridad, que ese mismo escenario explica la realidad en Biobío. De 33 comunas de la región, 27 siguen en cuarentena. La mayoría de ellas se encuentra en aislamiento por más de un mes y se han endurecido medidas como el Toque de Queda y la entrega de permiso de circulación. Pese a ello, la curva de contagio no ha mostrado mejoría significativa. Al contrario, Biobío se encuentra en la etapa más espinosa de la pandemia: alto porcentaje de positividad y alta ocupación de camas UCI y UTI. A la vez, siguen las detenciones y sanciones por incumplimiento de las medidas sanitarias obligatorias.

Definitivamente, es fundamental establecer un punto de inflexión en la pandemia, para así evitar la cuarentena eterna y los efectos económicos, políticos, sociales y anímicos en la población.

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